El “Fashion Revolution Day” mostró de qué manera podemos tomar conciencia acerca de la ropa que llevamos y de lo que compramos. Una de las actividades principales de la fecha, celebrada el pasado 24 de abril, fue mostrar las etiquetas de las prendas que llevamos, pero la iniciativa demostró que hay más. Una máquina expendedora de camisetas básicas se instaló en las calles de Berlín, cobrando un poco más de 2 euros por cada prenda y permitiendo obtener algo nuevo por un precio muy conveniente. Sin embargo, antes que las personas pudieran acceder al producto, se mostró en una pantalla cómo se confeccionaba cada camiseta, lo cual provocó el rechazo de muchos. Esta visualización permite dar a conocer los métodos más frecuentes de producción en el mundo del fast fashion, una de las principales características de repudio en contra de las marcas que gozan de mayor popularidad en el mundo del retail.
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