Por Magdalena, Corresponsal desde New York m-columnista
Por gallina, por higiene, por pudor, porque me quedé paveando. Ya llega el final del verano a Nueva York y me doy cuenta que dejé pasar tantas cosas.
Por eso, antes de lanzarme con entusiasmo al otoño y sus novedades -que seguro la Fashion Week, que empezó ayer, mostrará en todo su esplendor- una pequeña selección de lo que me perdí esta temporada:
– Zapatos plásticos: Por miedo al olor a pata, nunca me atreví. Quizás me equivoqué. Hasta Marc Jacobs se tentó con el modelito y lanzó unos en estridentes colores.
– Maxivestido: Hubo para todos los gustos. Pero tantos y tantas veces terminaron sus ruedos arrastrándose en las sucias veredas.
– Vestido globo (con o sin cinturón), pitillo y short extra cortos-ajustados: Todos tienen ya una historia y más que novedosos se están volviendo cada vez más populares.
– Lentes Ray Ban: Negros, blancos o rojos, entre muchos otros colores, lo inundaron todo. En un acto conservador me quedé con los extralarge tipo Jackie O (ya quisiera yo) y los de motorista.
– Sandalias tipo griegas-gladiador: Por mi culpa, por mi gran culpa, estas me las perdí.
En el otro lado de la moneda, confieso de inmediato que sí caí en los pantalones con pinzas, los suspensores, jeans de tallas superiores, pantalones a la cintura con un aire setentero, pelo voluminoso, blusa romántica… y combinaciones de esas variables. Y para no ser menos, ahora espero pagar mis deudas del otoño pasado con un impermeable beige y unos tacones inolvidables.
