Hoy leía en Twitter un comentario que decía algo así como: ¿recuerdan cuando volar era solo para los sofisticados? Y ciertamente se me vinieron varias imágenes a la cabeza, lo más chistoso es que muchas de esas imágenes nunca las vi en persona, si no que me las comentaron personas mayores de mi familia, o son imágenes icónicas en la moda.
Imaginé a esas mujeres y hombres de los años 40, 50 y 60 que viajaban en avión, en las pocas líneas aéreas que existían en la primera mitad del siglo XX, y más aun imaginé a aquellos otros afortunados que tuvieron la suerte de subirse a un transatlántico –como mi abuela- para dar una larga vuelta por algún océano. Todo se me figuraba muy elegante, muy sofisticado.
Dicho lo anterior, el tema que nos convoca es la elegancia que ostentaban aquellos protagonistas de estos verdaderos viajes, no como hoy, donde cualquiera –me incluyo- puede subirse a un avión y “pegarse un viaje”. Antes los viajes eran más preparados, no era llegar y entrar a internet para comprar una rebaja de última hora, todo era más planificado. Y ciertamente el vestuario, los equipajes, los accesorios y hasta la actitud de elegancia de quienes podían darse aquel privilegio se reflejó en registros fotográficos y audiovisuales de los primeros decenios del s. XX, de inmediato me imagino a Jane Birkin con su HAC de Hermès quejándose en la cabina del avión por el gran tamaño de su bolso que luego se achicaría para dar origen a la famosa Birkin bag.
Además de las imágenes de celebridades y magnates los dejo también con los bolsos y maletas íconos de los grandes viajes.