La primera vez que una mujer usó un pantalón se desató una polémica sin precedentes que incluso provocó que algunas de ellas tuvieran que pasar días en la cárcel, pagando su condena por infringir las leyes de la buena conducta. Hoy en día esto nos parece ridículo, pues con el paso de los años la moda y la estética han evolucionado lo suficiente como para entender que, en cuanto a vestuario, no hay tales límites. Ahora bien, aún nos parece extraño pensar en un hombre utilizando falda o vestido y aunque alguno que otro diseñador ya se ha atrevido a proponerlo, no es aún algo totalmente integrado. ¿Por qué? Porque la falda aún es una prenda de mujer y aunque ahora nos parezca ridículo, hay quienes están trabajando para que —al igual como pasó con los pantalones para mujer— en algún momento ningún tipo de prenda sea catalogada bajo un solo género. Bajo esta premisa es que nace Agender, una línea de ropa hecha para el humano, sin importar su sexo.
El diseñador Faye Toogood es quien lidera este proyecto. Luego de años de buscar la manera de eliminar los “el” y “ella” a la hora de comprar ropa, surgió esta idea de instalar dentro de una de las más importantes cadenas de retail de Inglaterra, una línea y un espacio donde la experiencia de compra fuera distinta, donde no hubiera masculino y femenino, sino que propuestas estéticas sin género y donde quien fuera a comprar decidiera en base a lo que quiere transmitir como ser humano y no lo que quiera representar como sexo.
De esta manera es que nace Agender, que fue lanzado al público el 12 de marzo, con un espacio dentro de las tiendas de Selfridges donde no hay distracciones ni se impone nada, la ropa está guardada en bolsas y quien decide ir a vitrinear debe hacer el trabajo de realmente pensar en lo que quiere sin ver un maniquí que le explique “cómo vestir la tendencia”. Dentro de la colección es posible encontrar diseños de Comme des Garçons, Gareth Pugh y Ann Demeulemeester, además de algunas marcas anónimas.
Así, Toogood lanza una colección en un momento en que, según él, la industria pide a gritos el cambio y la apertura a más opciones. Como él mismo declarara a i-D: “Creo que por un tiempo hemos comprendido que el género no es binario, pero no hemos reflejado esto en nuestras vidas actuales. No es simplemente acerca de vestir de manera andrógina o en trajes rectos unisex, como muchas revistas de moda lo presentan: un hombre usando una falda o una mujer queriendo usar los jeans de su novio. Este es un deseo genuino de hombres y mujeres por vestir como individuos, como a ellos les plazca. Presentar la ropa en anaqueles para hombre y mujer está pasado de moda”.
Imágenes: Selfridges