En Occidente, han sido largos los años de lucha de las comunidades transgénero por validar el respeto a su vida, creencias y perspectivas de cómo vivir el mundo. Aun así han sido grandes los avances que la comunidad LGBT+ ha alcanzado durante estos últimos años, en la lucha por el respeto a sus derechos civiles debido principalmente a las dificultades morales del modelo religioso imperante. Pero hay sociedades que nos han dado un claro ejemplo de tolerancia y respeto hacia el abanico de la diversidad humana. Es en este sentido, que países con preponderancia de budismo y otras religiones anteriores al cristianismo nos han demostrado un superioridad en visión, respeto, entendimiento y amor hacia el otro y sus vidas, karmas, decisiones y formas de ser y amar.
Es cuando las luchas se validan desde su propia aceptación, orgullo e incorporando bellezas propias de sus culturas, identidades y apropiaciones cuando se sitúan en el inconsciente colectivo y son respetadas por los demás, creando de esta forma un arraigo más concreto a sus ideales de vida, por ende, más propias e imposibles de negar.
Nakhonratchasima, popularmente conocida como Korat, es una de las ciudades más importantes de Tailandia y además de preponderancia budista. Debido a la tolerancia de esta religión su cultura pueden convivir de forma natural con diversas formas de identidad sexual. En este ambiente de tolerancia viven los Kathoey, ladyboys, como en Occidente se les denomina, transexuales y como el budismo les llama, el tercer sexo. Es debido a esta tolerancia que Suchanatda Kaewsa-nga, una diseñadora transgénero de Korat , ha podido encantarnos con los diseños que bellamente han lucido un grupo de joves kathoey, la mayoría de ellos sobrinos e hijos de sus amigos y que se han popularizado en Instagram gracias al registro de los fotógrafos Mackidd Bill y Keow Wee, quienes al conocer a Suchanatda no dudaron en darle el apoyo para mostrarle al mundo sus diseños y los sueños de estos niños.
En momentos donde Instagram es un constante devenir de ostentosidades del lujo, Suchanatda ha sabido demostrarnos que con cualquier material como cestas, botellas de plástico, ramas, hojas secas y cualquier material reciclado, es capaz de crear diseños que perfectamente podrían caber en alguna pasarela o los bocetos de alguna colección de cualquier casa de moda. Pero más allá de los diseños que claramente son un hermoso ejemplo de creatividad, lo que más ha sobresalido son sus modelos, pequeños jóvenes y niños trans tailandeses que nos hablan de una sociedad milenaria, bella y tolerante. La diseñadora ha comprobado que para el mundo de la moda no existen límites; ni los materiales ni los prejuicios pueden afectar su pasión, ya que no existe cosa que la motive más que marcar una diferencia en la sociedad.
