Vanguardista y refinado, original y atrevido. Sir Cecil Beaton se convirtió en uno de los primeros fotógrafos oficiales de la moda, publicando sus interesantes retratos y editoriales en Vogue y otras revistas en los años ’40. Pero además de ello, su estilo personal era la suma de todos los adjetivos anteriores: no temía en vestir bajo el look María Antonieta o acomodar un retrato junto a flores de todos los colores y su amigo David Hockney, quien fue uno de sus infinitos musos.
La Familia Real inglesa, Alain Delon, Hollywood y sus divas además del vestuario que confeccionó para películas; cada parte del sujeto de su carrera tenía un pedazo del alma de Beaton. Mientras expresaba su arte con el blanco y negro le dio emoción al estilo mezclando arte, pintura, historia y mucho glamour a sus imágenes. Quien supo reconocer esto fue David Bailey; el fotógrafo que hizo furor en el Swingin’ London, lo convirtió en su modelo, además de retratarlo junto a su entonces musa Jean Shrimpton, en su propia casa y jardines. En uno de los videos de esas jornadas, Bailey aparece diciéndole a Beaton que diga “Lesbiana” cuando lo va a retratar, substituyendo la famosa palabra “Whisky!” que se dice al hacerlo.
Su honestidad y modismos marcadamente femeninos son legendarios. Sus brazos eran sus aliados a la hora de retratar a alguien y además, de expresar una de sus bulliciosas opiniones. “Ella es todo lo que odio. Siempre odié a los Burtons por su vulgaridad, mal gusto y simpleza; ella combina lo pero de EEUU y Gran Bretaña. La traté con autoridad, le dije que no se espolvoreara la nariz delante de las cámaras. Ella quería adulaciones, no obtuvo nada”, diría Beaton en una de sus anotaciones acerca de Elizabeth Taylor, a quien capturó en 1967. Así, con una brutal honestidad y un estilo igualmente franco, el fotógrafo se transformó en icono.
Fotos: Vogue, Harper’s Bazaar, IMDB.