Muchas veces son los fotógrafos quienes se llevan todos los créditos de tremendas producciones de moda. Sin embargo, detrás de ellos existe un tremendo equipo de producción, siendo el estilista quien toma un rol fundamental tanto en la selección del equipo de trabajo como en la imagen final del vestuario y los detalles a fotografiar. Dentro del mundo de la moda masculina, Simon Foxton es uno de los estilistas más respetados, con su idea de inspiración callejera, y con una visión de la estética masculina que se aleja de la visión de un clásico hombre con traje y corbata.
Este británico se graduó del St. Martin´s College and Design en 1983 y comenzó a trabajar en la reconocida revista i-D un año después. También ha colaborado en Arena Homme Plus, Vogue Homme y Pop Magazine, desempeñándose incluso como director de moda de Fantastic Man, entregándoles este aire cotidiano en cada una de las producciones de moda. Sin embargo, el trabajo que más ha marcado la carrera de Foxton es la colaboración con Levi´s, en la que los modelos eran auténticos rancheros octogenarios. Todo esto que hoy parece ser algo típico de las editoriales, fue originariamente una idea del mismo Foxton, quien la fue desarrollando y que de pronto, fue cambiando la visión estética masculina, que mutaba hacia un hombre más sutil y con menos músculos.
Como él mismo ha reconocido, su inspiración se basa en imágenes de los años 70′, en fotografías de Jean-Paul Goude, pero también en los estilos callejeros, de subculturas y guetos que se fueron formando producto de la inmigración. La estética cotidiana de hombres negros, hispanos, bailarines y gays que andan por las calles de Londres son la forma como Foxton concibe el mundo de la moda y donde, para él, está presente la belleza. Incluso ha reconocido que la pornografía lo ha inspirado en más de una ocasión para generar una imagen. Su trabajo ha sido tan prolífico que hoy es docente en The Royal College of Arts, mientras que incluso que en el 2009, logró que se mostrara una retrospectiva de su trabajo en la Photographers Gallery de Londres, hecho extraño y sobresaliente, puesto que un estilista no suele ser mostrado como un referente en la curatoría de una exposición.