Sex & the city 2: No gracias

Sex & the city 2: No gracias

Las revistas , Internet y los carteles de la calle lo dicen: Sex & the city 2 está aquí, y toda mujer de entre 20 y 40 años tiene que correr al cine para verla. Pues, conmigo no van a poder, chicos, y les explicaré porqué:

Primero , quiero dejar en claro que fui y soy fan de la serie. Y aunque no la vi en su momento, sino despues (por una cosa de timing etario), la serie se quedó en mi como una de mis favoritas de todos los tiempos de las series. Primero, porque era un programa agudo, divertido, adorable y maravillosamente bien escrito, sobre un grupo de mujeres con preocupaciones e inquitudes que en cierta forma (obviamente, quitando el lujo y NY) podrían relacionarse a los que – yo imaginaba- tendría a esa edad. Y si, habia sexo superfluo, compras, looks  y frivolidades varias, pero siempre , el show en su estado más puro se trató de la complicidad, de la amistad entre mujeres y de cómo ellas eran, en realidad “sus medias naranjas”.

Pero en un momento–me atrevería a decir, entre el penúltimo capítulo de la serie y la primera película- esta complicidad y magia femenina se transformó en un cliché vacio y ruidoso, maquinado en la mente de escritores más cercanos al marketing que a conocer los pensamientos o preocupaciones de una mujer real. En ese momento, los escritores, las actrices y los responsables en general, perdieron la brújula, se encandilaron ante la perspectiva de la recompensa y vendieron algo que era valioso, como espacio publicitario en un catálogo de lujo. Asi es no más. Las lucas lo pueden todo, como ya sabemos, y la película de Sex & the city confirma que si le metes plata y poco seso al mejor de los productos, terminamos en desastre.

Hoy, Sex & the city es un envase vacío. Y ni siquiera un bello envase vacio, como podemos ver en el horrendo trailer, lleno de Bling Bling y mal gusto, que se mandaron para la secuela:

La primera pelicula, como fan, logró engañarme un tiempo. Sali feliz del cine, habiendo visto un capítulo de 2 horas y media en que relativamente pasaban varias cosas, sin embargo, mis reparos comenzaron cuando vi la película por segunda vez (aprendo lento). Ahí , entre otras cosas horribles, pude ver el infame trato al personaje de Carrie, quien no contenta con ser humillada por Big , perdona todo por un par de zapatos. Llámenme nerd, pero eso, la Carrie de la serie no lo hubiera permitido, no me vengan con cosas.

Aparte de dejar de lado complatamente el mundo profesional de los personajes (que era un tema importante en la serie) , otro tema ofensivo es el infaltable “viaje al tercer mundo” que hacen las “chicas” (vamos, tienen en promedio 47 años, ¿Podemos decirles mujeres?), para demostrarle al público norteamericano que no hay nada más chic que ser abierto de mente y que lo exótico es sexy. Ayer fue México, hoy es Oriente Medio, donde podremos esperar otro chiste del tipo “no tomen agua, que se pueden enfermar”… Come on. ¿Es necesario?

Ya sé porque lo hacen: Apuesto mi cabeza a que esta vez van a poner una mujer de Medio Oriente a ordenarle el clóset y envidiarle las carteras a Carrie.

Obviamente, despues de ver el trailer del terror, me queda claro que todo lo que odio hoy de Sex & the City proseguirá y con más fuerza que nunca, dandonos quizás cuantas más, peliculas misóginas, y profundamente reaccionarias.

Lo peor de todo, es que las “creativos” de las agencias de publicidad tomarán como referente a estas mujeres de cartón piedra, y durante 1 año o más nos estarán vendiendo productos “para la mujer moderna” que quiere ser bien loquita durante un rato, hablar de sexo con las amigas, tomarse unos tragos y andar en tacos, pero que al final del dia , igual se quiere casar con un millonario que se parezca a Cary Grant, que le pueda comprar miles de zapatos y el clóset en la casa maravillosa.

Casi se me olvida: La película tiene un cameo de Miley Cyrus. I rest my case.

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