El primer día del BAFWeek tenía una amplia variedad de propuestas tanto de diseño de autor como de ropa de tiendas y marcas ya consagradas. El primer desfile fue el del Semillero UBA, para determinar quienes tendrán la oportunidad de ganar esta beca hacen un concurso entre los integrantes de la carrera de diseño de la universidad de Buenos Aires en el que les piden que envien un proyecto con sus figurines con la colección completa más dos prototipos, y a los dos proyectos ganadores se les da la posibilidad de participar en el evento más importante de Argentina.
Las ganadoras de este año fueron todas mujeres, la primera diseñadora -que es de la que hablaremos ahora- se llama Nadia Stuer y presentó una colección Militar. “Mi tema de inspiración es el golpe militar argentino del ´76, tomando como estética la película Stanley Kubrick The clockwork orange. De ahí tomé como partido la idea de expresar en las prendas algo que está impecable por fuera pero manchado y desgarrado por dentro, que luego traduje morfológicamente mediante rupturas en las telas, desgarros, manchas de tintas, forrerías que salen al exterior y una silueta bien rígida anclada a la cintura, siempre con estruja y desestructura de las topologías básicas militares”.
Su colección fue bastante interesante y atrevida, y da gusto ver expresiones de este tipo en pasarelas comerciales porque si lo pensamos bien, no todo lo desarrollado en su colección podrá ser utilizado en un futuro y el confeccionar y costear una colección sólo para un espectáculo es algo que por decirlo menos, cuesta. Esta es el principal beneficio que otorga el semillero UBA ya que además de darles la posibilidad de participar en el BAFWeek les costean la colección y el instituto Marangoni les regala una beca para estudiar en su instituto. Lo que hace que sea la oportunidad y beneficio más relevantes para los diseñadores de la UBA.
“La colección consta de 3 series, una de vanguardia y dos series más bajadas que las denomine conceptualmente como torturadores y penitentes. Trabajé mucho el volumen y las placas en las prendas. La superposición de formas, la exageración de partes, como mangas, cuellos, capuchas, sombreros, guantes, etc. Los colores que utilicé fueron verdes militares, verdes más oscuros, marrones verdosos, blancos, negros rojos, naturales. Elegí telas como gabardinas planas y con un poco de elastano, cuero, algún cotton satén no muy brillante, tejido de punto para sweaters, gasa de algodón, bual de algodón, etc”.
Por su parte Nadie espera una respuesta sensible y conciente por parte del público, ya que aclara, “Mi propuesta no mantiene una postura a favor o en contra del golpe militar, sino que hablo de algo que es real, argentino y que aún sigue vigente. Lo transmito en cuanto a las sensaciones que a mí me genera pensar en ese hecho, y la forma de interpretarlo y traducirlo en prendas, desestructurado las tipologías militares básicas y reinterpretándolas desde mi mirada”.