No, no se trata de un disfraz de Halloween específicamente, aunque sí es un poco tétrico lo que te mostraremos a continuación. “Microbes à la mode” es el nombre del proyecto realizado por la artista Donna Franklin y por Gary Cass, del laboratorio australiano Bioalloy, que busca generar nuevos sistemas “Cyborg” (término que se refiere a un organismo auto regulado que combina lo natural y lo artificial). La idea inicial fue la de crear una máquina que incorporara un sistema vivo que crezca y nutra su propia piel, y finalmente lograron desarrollar en conjunto una original e impresionante línea de vestuario hecha completamente a partir de vino fermentado.
Enmarcado en la idea de un vestuario durable, que se sustente a sí mismo y que sea amigable con el medio ambiente, nace “Micro’be”, una serie de prendas que a simple vista parecen sangre coagulada y músculos al descubierto, pero que si nos detenemos un segundo, esconden un elaborado sistema que genera nuevas tecnologías a partir de organismos vivos.
“Micro’be fermented fashion investiga la biosíntesis cultural y práctica de la ropa, para explorar las formas posibles y las consecuencias culturales de la confección de ropa futurista y textiles tecnológicos”, explica Gary Cass. De esta forma, el proyecto plantea dejar de lado las máquinas industriales que producen telas para inclinarse por los microbios vivos que pueden fermentar prendas completas, sin necesidad alguna de usar hilo y aguja.
“Micro’be” mezcla lo sensual y lo grotesco a partir de una simple botella de vino. El vino tinto fue la base de esta creación, pero también fueron utilizados vino blanco y cerveza para lograr los tonos más claros y translúcidos de las prendas. ¿Habían alguna vez imaginado algo así?
