Sutileza y feminidad son las directrices generales de la colección, concebida hace dos años, expuesta por esta diseñadora brasileña con ascendencia nipona. Fernanda Yamamoto comienza su hacer el año 2008, en el cual genera propuestas para Jum Nakao, Calvin Klein y Alexandre Herchcovitch, entre otros, llegando a dirigir su propio negocio ligado al ámbito del diseño y el arte.
En cuanto a la estructura formal que funda su propuesta, ésta se caracterizó por estar construida a partir de la superposición de capas, cualificadas por grados de transparencia, donde hasta aquella más cercana a la piel y de formato más pequeño (ropa interior), fue pensada. Respecto de la utilización del fieltro como materialidad, aparece como una sumatoria de partes que constituyen una superficie, que también genera un entrever, pero en una escala más reducida. El color aparece como momentos geométricos, a través de dos modos: Aplicaciones de pequeño formato en tonos cálidos generando tramas o texturas visuales; y zonas a modo de grandes paños drapeados de colores opacos o pasteles, que rematan la silueta.
El diálogo entre ambos es armónico, en un lenguaje donde el cosmos y el caos convergen bellamente, a través del movimiento del textil, generado por la cinética del cuerpo en el espacio.