La ropa interior, es sinónimo de erotismo y una nueva manera de relación tanto con el cuerpo como con la sociedad. Las mujeres de ayer y hoy, evidencian tras el uso de su ropa interior, la intima relación dada con su erotismo.
Posterior a la Segunda Guerra Mundial, los sostenes y calzones comienzan a ser más sexys y el cuerpo comienza a liberarse no solo de su rol social, sino también la liberación es corporal, ya que eran prácticamente prisioneras de su propio cuerpo. Tras el desuso del corsé y su completa abolición, se da una separación que da paso al sostén y al calzón. Anteriormente les había contado acerca de la historia del sostén, en esta ocasión ahondaremos en la historia del calzón.
La historia cuenta que en un comienzo los hombres hacían uso del taparrabo, el cual era usado para cubrir la entrepierna masculina, ésta consistía en un pedazo triangular de cuero de animal o tejido, con cintas cosidas en sus esquinas. Pero hasta el siglo V de la era cristiana, es cuando aparece el primer registro de ropa interior en la historia, el cual proviene de unos mosaicos llamados de “Piazza Armerina” en Sicilia, en las que aparecen dos muchachas que se llaman las gimnastas, quienes lucen lo que hoy conocemos como calzón y sostén.
Los hombres continuaron sin mayores cambios en el uso de su ropa interior hasta el siglo XVI, la cual les brindaba movilidad y libertad. La Edad Media, tare consigo la aparición del lino y el algodón, los cuales aportaron más suavidad a esta prenda. Las mujeres por su parte, debían confeccionar su propia ropa interior, y esto ocurría la interior de sus casas.
Es hasta la segunda mitad del siglo XVIII, tras la invención de la máquina de hilar, que las mujeres comienzan a comprar su ropa interior, y de esta forma también se inicia la llegada de las fábricas de ropa interior. Pero no es hasta el siglo XIX que las mujeres se adueñaron de esta prenda de vestir, y comienzan a hacer uso de este nuevo calzón, que en verdad era un traje de algodón tejido, que cubría desde las muñecas hasta los tobillos.
Luego en los años 1870 hasta la Primera Guerra Mundial, las prendas eran absolutamente blancas y cargadas de bordados hechos a mano, con aplicaciones de encajes, bordados y pasacintas.
Ya a finales del siglo XIX y principios del siglo XX, usa una camisa, calzones, corsé con linguero para sujetar las medias, también llevaban enaguas y cubrecorsé. La cantidad de prendas interiores, no era distinta entre una clase social y otra, la diferencia radicaba en el uso de telas y adornos.
Con la llegada del siglo XX, los calzones junto a los vestidos fueron cada vez más cortos, llegando hasta las rodillas. Pero ya en el año 1920, fue cuando aparecieron los primeros calzones especiales, los cuales eran requeridos por las primeras ciclistas y golfistas de esa época.
La llegada de la Primera y Segunda Guerra Mundial, aportaron radicales cambios en el universo de la ropa interior, incorporando nuevos materiales como el nylon, el cual era usado para la elaboración de paracaídas. Después del año 1945, el mercado ofrecía calzones asequibles y de cómodo uso, los cuales eran ansiosamente consumidos por las mujeres. Así, tras reveses e incomodidades pasadas, las mujeres de hoy disfrutan de una gran variedad de calzones y una infinidad de telas para su confección, los cuales dan pie al goze y una indiscutida comodidad.