Estados Unidos se ha caracterizado por hacer de sus políticos verdaderas estrellas hollywoodenses, transformándolos en íconos de estilo de vida norteamericano. JF Kennedy fue el ejemplo más claro de esta mezcla de glamour y poder quien, junto a Jackie, crearon el ideal de familia gringa pero también iniciaron una de las características más comunes de las campañas actuales: El marketing político, es decir, tomar a los mandatarios como productos que se pueden enchular y aumentar con ello su credibilidad, confianza o popularidad, consejo muy práctico en tiempos de sequía amatoria popular. Los Obama han tomado nota de cada comentario fashion político de los Kennedy y se han convertido en verdaderos íconos de la moda y, con ello, han logrado mantenerse cercanos a la gente en medio de las críticas por un Estados Unidos cada vez más desgastado en su visión internacional.
Para conseguir el look fresco y siempre pulcro de Kennedy, Barack ha optado por trajes a la medida de Hart Schaffner Marx que se estima cuestan entre 400 y 800 dólares, además de trajes de 2 botones que, durante su primera campaña presidencial, fueron en su gran mayoría de Ermenegildo Zegna, uno de sus diseñadores favoritos. Sin embargo, Obama ha llevado la moda un poco más lejos que su referente de los 60, apostando por simbolismos que sólo quienes siguen su look de cerca han notado. Por ejemplo, que una de las pocas veces que vistió de gris fue para dar el anuncio de la crisis económica en Estados Unidos, o que para asumir la nominación demócrata del 2008 llevó una corbata morada que significaba, según una de sus asesoras de imagen, el lujo y la distinción, pero que también buscaba reflejar como Obama se distanciaba de los clásicos hombres de poder que visten de azul, colocándose como un nuevo referente, un cambio a la imagen tradicional de los mandatarios. Otro dato interesante de Obama es que cuando asume el mandato y hace su juramento habría llevado un traje de Miguel Caballeros, un colombiano que viste a varios mandatarios pues sus telas son resistentes a las balas, trajes para nada exagerado si pensamos que hubo amenazas en su contra por ser el primer presidente negro.
Obama, en su nuevo paso por las candidaturas presidenciales, ha optado por un look más tradicional y mesurado, que probablemente no inspire a Donatella Versace para su colección masculina como lo hizo para la primavera/verano del 2009, cuando justo y por coincidencia Barack era el hombre del momento, ningún interés de conseguir prensa de Donatella, como se le ocurre. Hoy Obama ya no es el de antes que gritaba “Yes we can” cuando nadie se lo pedía y su campaña era seguida por miles de millones de fanáticos que iban desde la señora Juanita chilena hasta Beyonce, hoy se ve algo cansado y más mesurado en sus look y en sus discursos. Habrá que esperar para ver que nos tiene reservado este ícono de la moda política quien ya cuenta con el apoyo de Antonio Banderas, Will.i.am, Gloria Stefan e incluso Lady Gaga… ¿será que inspirado en el apoyo de esta cantante lo veremos en un traje hecho de carne? En la moda y en la política todo puede pasar.