Por Elizabeth Oria, Prendas Públicas
El fashion con “buena consciencia” está de moda, ropas de algodón y suaves colores son una de las tendencias clásicas de la moda ecológica. Prendas elaboradas con un bajo nivel de químicos y con un diseño low profile, dirigido a un público con intensiones de consumir de manera “amigable”.
Una tendencia que muchas veces se traduce en un diseño poco atrevido y entretenido. Error.
Revery, es una de las marcas escandinavas con una propuesta simple y joven. La colección verano 2008 Hook and Sinker está inspirada en lo marino, que también hace relación al debate sobre la contaminación de los lagos y mares. La actual colección de invierno tiene como tema el hockey, un sueño de infancia de la diseñadora sueca Lisa Axelsson, con ilustraciones de la artista Lisa Billvik.
Revery significa soñar despierta, y la marca es pensada como una protección contra los aburridos y grises días de la semana. Los materiales para todas las prendas provienen desde Europa, seda de Alemania y algodón de Austria, entre otros.
Nathalie Verlinden, zapatos y carteras para hombres y mujeres con etiqueta ecológica made in Bélgica. La diseñadora también ha trabajado con estrellas del diseño como Dries van Noten y Raf Simons.
Los zapatos de Nathalie Verlinden tiene todo un proceso de elaboración bastante singular, donde son curtidos con la corteza de árboles, secados al aire libre de forma natural y pulidos con piedra de ámbar. Todo un trabajo de joyería.
Arbor, streetwear fabricada con textiles de bambú. Un material que es ideal para quienes entrenan, ya que este absorbe muy bien húmedad y sudor del cuerpo. Además son telas que se caracterizan por ser delgadas, frescas y de muy buen stretch. La planta de bambú necesita menos agua que el algodón, además las piezas son cosidas en fabricas (en Turkia) con licencia fair trade. Lo cual también es un bonus.