Franca Sozzani, Anna dello Russo, Tim Blanks, Giovanna Battaglia, Hamish Bowles y Stephano Tonchi fueron algunos de los tantos personajes del mundo de la moda que se precipitaban a entrar al desfile que ayer tenía a todos expectantes: la nueva colección primavera-verano 2013 de Prada. Qué les podemos decir, nuestro primer día en Milán y empezar la cobertura de la Semana de la Moda más importante de Italia con la propuesta de la talentosísima Miuccia Prada no tiene precio.
Llegamos a la capital italiana de la moda con los ojos abiertos, abrazando un aire cálido y hambrientos por conocer esta mítica ciudad. Rápidamente nos dimos cuenta que la moda, los looks, la preocupación de cada uno y cada una de los que aquí habitan por vestirse lo mejor posible era algo casi palpable. Y bueno, como les decíamos, empezamos la cobertura de Milán Fashion Week con tres desfiles que tuvieron lugar el día de ayer -de los cuales uno fue el Prada. Al llegar a las puertas del recinto, vimos que era una locura: todos esperaban en un mismo espacio -sin filas ni nada- amontonados esperando entrar. En la galería de imágenes verán cómo se codeaban todo tipo de celebridades, fashionistas y periodistas de moda, y nosotros, los únicos chilenos.
Una vez adentro, la energía del lugar era completamente increíble. Cerca de 500 invitados -cada uno con un tenida completamente destacable- se acomodaban para ver de cerca la colección hasta que comenzó a sonar una música oscura y melancólica, que dio inicio al desfile, y abriendo así paso a prendas negras con estampados y bordados de una o dos flores blancas, grandes y simples. Re interpretando lo que Courrèges hizo en los años 60′, Miuccia se inspiró fuertemente en la silueta futurista y recta de esta década. La idea de una mujer seria y estricta que la diseñadora quería lograr para esta colección, fue complementada también con una inspiración claramente oriental, en la que la flor del cerezo y el kimono se volvieron los protagonistas de esta pasarela, además de las versiones modernas de los zapatos tradicionales japoneses como el Zori o Geta.
La colección completa transcurrió entre el estampado de flores y los dobleces y pliegues del vestido tradicional japonés, pasando de los tonos más oscuros y fuertes como el negro y rojo, hasta una paleta más primaveral e ingenua con verdes y rosados muy pálidos. Si bien se trató de una propuesta con menos juegos visuales y estampados que Prada suele crear en cada temporada, se trató de una colección que supo jugar y contrastar la femineidad y la dureza que existe en las flores, en el kimono y en las geishas.
Los dejamos con las fotografías que dan cuenta de lo que fue nuestro primer desfile Prada, una experiencia única que queremos compartimos con ustedes. Pronto les contaremos más noticias relacionadas a Milán Fashion Week, atentos todos!
