La debilidad de Guy Bourdin por las colorinas es legendaria. A menudo las modelos con esa cabellera protagonizaron una serie de fotografías que se mantienen como registros icónicos del erótico mundo del fotógrafo, quien junto a Helmut Newton llevaron el cuerpo femenino a otro nivel. Pero quizás es Nicolle Meyer la musa más reconocida de Bourdin.
Protagonista de las campañas publicitarias que el fotógrafo tomó durante varios años para la firma de zapatos Charles Jourdan, Nicolle Meyer reapareció luego de varios años al ayudar a organizar la exposición “A message for you” el 2010. En la oportunidad, que iba de la mano con uno de los primeros y pocos libros que existen sobre la fotografía del inmortal artista, Meyer mostró gran parte de su colaboración, la que se extendió desde 1978 hasta 1980, años en los cuales la modelo trabajó exclusivamente para Bourdin.
El fotógrafo murió en 1991, pero Meyer lo recuerda como alguien completamente ajeno a la parafernalia o el glamour de otros colegas. Su casa era modesta, y solo le importaba obtener el trabajo perfecto, algo que generó varios mitos sobre cómo trataba a las modelo. Pero en el caso de Nicolle, el trato era especial; Bourdin nunca le faltó el respeto, y según la modelo, todo se debe a su entrenamiento como bailarina clásica, lo que le permitió mantener la elegancia necesaria para algunas de las tomas más sensuales del autor.