Durante el octavo día y final de la semana de la moda neoyorquina se presentaron dos colecciones que aunque opuestas tienen algo en común: crisis y evasión (tomando en cuenta que la primera deriva en la segunda).
Y es que la apuesta de Ralph Lauren estuvo inspirada en la recesión y sus personajes típicamente americanos: el trabajador, el granjero, el vaquero y las primeras mujeres de las praderas –sólo recuerden a Laura Ingalls- con una primera parte compuesta por looks ahombrados y de aires campesinos que fueron evolucionando hacia el lujo de brillantes vestidos noche, en un final que parecía dar el positivo mensaje de que, a pesar de todo, hay redención.
Y si de evasión se trata nadie mejor que Isaac Mizrahi, cuya fascinación por el entretenimiento quedó inmortalizada en una colección que destilaba espectáculo por donde se la mirara y que me hizo pensar en una versión moderna de Blanche Dubois o de las musas del teatro musical.