El primer dia del NYFW fue marcado por la presencia de un consagrado del diseño francés: Max Azria con su marca BCBG, y de dos diseñadores latinos que en distintos niveles se abren camino en el difícil mundo de la moda neoyorquina: Davidelfín, español, y Amir Slama, brasileño, a través de su marca Rosa Chá.
BCBG Max Azria:
La dupla creativa formada por el matrimonio Azria (Max y su mujer Lubov) tiene grandes expectativas puestas en cada colección que presentan: Se trata de uno de los nombres más observados durante el NYFW y siempre sus diseños son una carta segura para las celebrities en alfombras rojas y eventos. Esta vez, BCBG no defraudó a nadie, ya que a través de muchos recursos diversos como el uso de transparencias, estampados, drapeados, cortes asimétricos y colores muy intensos (verde, rosado, amarillos, todo cabe en la paleta BCBG), utilizados estrictamente en vestidos de diversos largos, pudimos ver desde minivestidos ultra ajustados (que nos recuerdan mucho a los vestidos banda de Hervé Leger) hasta 2 o 3 trajes dignos de una entrega de los Oscar. Diverso, pero aún así, con un espíritu afín, juvenil y muy coqueto.
Davidelfin:
Este diseñador Malagueño, nacido en 1970, mostró una colección que a primera vista puede ser catalogada de austera y simple, en donde el minimalismo es la regla, pero que sin embargo, está llena de detalles que entregan valor a su colección. Los colores elegidos fueron el blanco y el negro, pero por sobre todas las cosas, el verdadero protagonista fue el verde en distintos tonos, que se utilizaron en siluetas andróginas, vestidos asimétricos y figuras simples, y que finalizados con increíbles zapatos de Louboutin especialmente diseñados para la ocasión (botines brillantes en azul y turquesa), lograron dejar una impresión favorable en público neoyorquino en cuanto al diseño español.
Rosa Chá:
Esta marca brasileña es responsable de la redefinición del concepto de trajes de baño en su pais, y por eso, desde el año 2000 se están haciendo un nombre importante en el mercado internacional, debido a que ha llevado la moda de playa a un nuevo nivel a través de la sofisticación extrema de estas pequeñas prendas. Esta colección es un ejemplo claro de como lo han hecho: Primero, re-pensando la construcción de los trajes de baño, y basándose en los sentadores y femeninos bikinis y trajes de los años 50 y 60s, en los que los que la cintura alta juega un rol fundamental. La combinación de lunares, colores como el rojo y el amarillo suave, y pañuelos en la cabeza crean un look que combina en partes iguales candidez y provocación.