Colaboración desde México por Alba Miranda
La economía tiene muchos indicadores y uno de ellos es la moda y el estilo que se refleja en los productos que compramos. En el 2008 durante la recesión que comenzó con la caída del banco estadounidense Lehman Brothers, y luego afectó a los principales mercados del mundo, Leonard Lauder, presidente en aquel entonces de Estée Lauder, indicó que en ese año la venta de labiales creció a pesar de la crisis. El motivo: las mujeres necesitamos sentirnos felices mediante la compra de algo que usemos y, si bien la adquisición de un vestido o una bolsa puede ser un lujo; un lápiz labial, cualquiera sea su precio, no sólo nos hace sentir bonitas, sino que son un indicador de que algo fuera de lo común está pasando. Así, el comentario de Lauder llegó a convertirse en una teoría donde la venta de “pequeños elementos de moda” —como los labiales o los esmaltes— es inversamente proporcional a la salud económica.
En 2011 el vice presidente del área de marketing global de la famosa marca de esmaltes de uñas Sally Hansen, Bill Boraczek, dijo que las ventas habían crecido un 21%, esto como una tendencia del uso de colores en los productos cosméticos y hoy sigue en auge al punto que los programas que anteceden a las entregas de premios como el Oscar, o incluso la gala del Festival de Viña del Mar, han puesto cámaras en las que los dedos desfilan.
Cuando se enfrentan a condiciones económicas menos favorables, los consumidores tienden a ahorrar en artículos caros, como las vacaciones en el extranjero, pero gastan más en productos pequeños. Esta tendencia se manifiesta en diferentes categorías en el tiempo y el lugar. En 2000, era el lápiz labial, en 2008, otras categorías como los esmaltes. Fuente: blog.euromonitor.com
La importancia de que un lindo manicure cada día cobra mayor importancia, reside también en el uso de aparatos táctiles como celulares, tabletas e incluso pantallas de computadoras, convirtiendo a las manos en protagonistas de nuestra vida profesional o de estudiante.
El esmalte de uñas como un indicador no sólo de la economía sino de cómo el estilo de vida ha ido evolucionando, está presente al momento que elegimos un color fuerte si es verano, o un color reservado y más neutro dependiendo de la situación. Dicho esto, el color o la textura del esmalte tienen la misma importancia que cualquier otro accesorio que usemos para las diferentes ocasiones de nuestra vida diaria.
Hay que subrayar que en 2014, de acuerdo a NPD Group, las ventas de los esmaltes bajaron un 10% debido a que el “nail art” dejó de estar de moda, y abrió paso a las sombras de ojos y a los labios. Sin embargo, las ventas de esmaltes se mantuvieron por varios años y desde hace décadas forma parte de los productos de belleza que son básicos; su regreso es solo una cuestión cíclica de la moda.
De esta manera, los buscadores de tendencias deberían estar más atentos en detalles como un lápiz labial o un esmalte de uñas, que influyen en nuestros bolsillos y en estilos de vestir, los cuales no debieran ser indicadores de crisis, sino de un mayor empoderamiento de la mujer y por qué no del hombre, en cuanto al uso de cosméticos.
Imágenes Pinterest y blog.euromonitor.com