Hace algunos años el fotógrafo Hans Eijkelboom decidió elegir tres ciudades para mostrar a través de fotografías cómo cada día nos parecemos más a personas y ciudades que están muy lejos. Su idea: ver qué tan lejos ha llegado la globalización en ámbitos tan cotidianos como la moda.
Las ciudades elegidas fueron: Paris, Nueva York y Shangai.
Aunque también fotografió otras cosas como esculturas y edificios, las fotografías que tienen que ver con moda, muestran claramente que cada vez el mundo es más homogéneo en su forma de vestir.
Sin ver estas fotos, esto es algo que vivimos hace un tiempo en carne propia. Ya prácticamente no existe que alguien se vaya de viaje y llegue con algo muy original y nuevo. Internet ha hecho que el mundo en cierta forma funcione al mismo tiempo y esto se nota bastante en el mundo de la moda. Aunque tenemos diferencias de estaciones con otros países, sabemos perfectamente lo que ocurre y las nuevas tendencias corren por la Web a la velocidad de un click.
Así nuestras posibilidades a la hora de elegir qué ponernos quedan cada vez más unidas solo a nuestro gusto, imaginación y lo busquillas que seamos y no a las oportunidades que tengamos de viajar para encontrar tiendas novedosas o exclusivas. Lo que yo por lo menos encuentro bastante bueno.