Dientes, mártires de cada excéntrica idea, han sido portadores desde el clásico pedazo de oro hasta lujosas placas de diamantes para las bocas más pudientes. Lo cierto es que curiosamente estas tendencias han sido bastante exitosas entre algunos grupos de personas, quienes ven en estos accesorios bucales símbolos de estatus u originalidad. Hoy le toca lugar a un nuevo invento: el tatuaje dental. Cuando ya no queda más espacio para tatuar en el cuerpo, los dientes siempre serán una buena opción ¿O no?
Originarios de Japón, los tatuajes para dientes surgen de la motivación de los jóvenes por expresarse al extremo de una manera original y divertida. Pero al parecer la decisión de tatuarse algún incisivo no es tan extremista como parece: el proceso para realizar esta nueva forma de arte consiste en pequeñas piezas confeccionadas en plástico o metal adhiriéndolas al diente por medio de un pegamento… En palabras más simples no modifica la pigmentación (¡Gracias a Dios!).
Como ya es furor en Japón, las chicas niponas no han tardado en adoptar esta nueva moda que complementen con adornos para uñas. Sin lugar a dudas hay cabida para todos los gustos. ¿Qué opinan?