Uno de los desfiles más esperados dentro del contexto del Milan Fashion Week es el preparado por Domenico Dolce & Stefano Gabbana. Probablemente una de las duplas creativas más importantes del negocio de la moda, deben superarse cada vez que muestran una nueva colección, y aunque la cantidad de tendencias distintas que pudimos distinguir en esta ocasión no nos permite dar un juicio apresurado, podemos intuir que de acá se sacaran varias de las ideas que veremos pronto en el resto de nosotros.
La colección se desarrolló en torno a extremos. Mientras que todo comenzó con una andrógina Iris Strubbegger ataviada como un caballero noble del siglo XIX que va a cabalgar, pronto los italianos viraron hacia lo que mejor saben hacer: Una colección basada completamente en la sensualidad avasalladora de la mujer italiana, utilizando referencias de la lencería y la corsetería, en materiales como el encaje, el crochet e incluso la mezclilla (posiblemente lo que menos me gustó de todo)
Las cuatro tendencias más fuertes que pudimos ver en esta colección fueron:
El traje masculino: Chaquetas a la cintura, y pantalones ceñidos (pero con caderas abombadas) fueron la tónica de ésta parte de la colección, que se complementó con camisas blancas impecables, chalecos sin mangas y lazos a modo de corbata.
Lencería: El corset es una prenda que marcó la carrera de estos dos diseñadores, y en esta colección, sacan nuevamente el truco de la manga, combinados con mucho encaje, chalecos tejidos en telas livianas. A veces gótico, a veces romántico, pero siempre rotundo y difícil de ignorar.
Estampados florares: En seda, y en combinaciones que nos recuerdan a íconos de la femineidad retro como Sofia Loren en sus ceñidos vestidos floreados, estos conjuntos nos muestran una tendencia que seguramente se impondrá en los próximos meses: La mezcla de distintos estampados floreados de gran tamaño y en colores intensos.
Animal print: Mis prendas favoritas de todas, aunque escasas, fueron los vestidos en animal print, en el cual la vuelta de tuerca fue la utilización del color rojo furioso como fondo, lo que trajo frescura a una colección mayormente basada en el blanco y negro.