“Microteje, a diferencia de otros emprendimientos, renace en cuarentena”, nos cuenta Pamela Galán, dueña y creadora de la firma nacional @microteje. Y es que luego de una pausa, el confinamiento se transformó en el momento ideal para que la también arquitecta se reinventara y conectara con lo que más le apasiona: diseñar y crear.
“Esta oportunidad me ha permitido vivir la vida que yo quiero y a mi ritmo, y a pesar de que aún siento susto a ratos, me encanta. Emprender es un gran desafío y decidí aventurarme con todo en este proyecto porque es lo que siempre había querido. Me motiva mucho también poder darle mi sello personal desde lo que soy, lo que sé y lo que he aprendido en la vida”, explica.
Te invitamos a conocer más del trabajo de esta firma nacional, en la siguiente entrevista.
¿Cuándo y por qué decides iniciar la marca?
Microteje nace en el año 2014, y ha ido mutando con el tiempo hasta convertirse en lo que es ahora. Comencé tejiendo suculentas, ligado a mi trabajo como arquitecta paisajista. Mi profesión fue cambiando de escenario, viví unos años en la Patagonia chilena, donde me atreví a incorporar colores más llamativos y jugar con las texturas y tramas.
También viví en Japón un tiempo y me cautivó la manera en que esta sociedad, a pesar de ser tan avanzada, mantienen la conexión y el respeto con la naturaleza y sus energías.
A pesar de que Microteje estuvo dormido unos años, este año debido a la pandemia vi la oportunidad de reinventarme y reconectar con lo que más me apasiona que es diseñar y crear, plasmando todo lo aprendido en este recorrido. Me siento afortunada, ya que a pesar de que en un principio me asustaba la idea de dejar mi carrera tradicional, no tenía de otra, había que trabajar.
¿Qué encontraremos en ella?
Encontraran por sobre todo el sello de Microteje: muchos colores, diseños, texturas y energía linda.
¿En qué se diferencia a otras del mercado?
El uso de colores sin limitantes, da posibilidades infinitas. Lo que permite hacer de cada Microteje una pieza única e irrepetible. Además no usamos patrones, es decir, el diseño va naciendo al momento de tejer. Me gusta que los colores y tramas vayan fluyendo atreviéndome a usar todos juntos y al mismo tiempo.
Creo que el hecho de ser arquitecta me ayuda mucho al momento de diseñar. Además el uso de aromaterapia, al momento de tejer me invita a respirar profundo y, le otorga un aroma único a cada prenda, llegando llena de energía a cada persona.
La interacción con los clientes también es parte importante del proceso, ir compartiendo los avances e incorporar sus requerimientos, hace el trabajo más valioso y motivante.
¿Cómo ha sido seguir creando en cuarentena?
Microteje, a diferencia de otros emprendimientos, renace en cuarentena. En mi experiencia, la cuarentena ha sido el tiempo que necesitaba para detenerme, reinventarme y atreverme.
¿Qué ha sido lo más difícil de emprender en esta época?
Ha tenido sus complicaciones como lo es el abastecimiento de materia prima y los tiempos de despachos de los proveedores. Algunos incluso no pueden despachar por estar en comunas críticas.
Lo más difícil en mi experiencia ha sido crecer en forma controlada y lograr seguir disfrutando del proceso creativo. Tener que cumplir con plazos autoimpuestos cuando eres muy exigente contigo misma, y no contemplas dentro de la programación el descanso y distracción, juega un poco en contra.
Por otro lado Microteje es una marca pequeña. Soy yo, y ser multitask es medio caótico algunas veces… El etiquetado, packaging, envíos y redes sociales toma más tiempo del que pensaba, pero también es parte del trabajo y cada proceso tiene su encanto y así también puedo estar más cerca de los clientes, logrando interactuar en forma directa en todo el proceso.
¿Qué es lo que se viene o qué es lo que planeas a futuro con esta marca?
Se vienen muchos colores, nuevas colecciones y prendas veraniegas. Planeo crecer en recurso humano, para poder incrementar la producción, pero nunca alejarme del proceso creativo que es el que más disfruto.