Por m-columnista, Corresponsal desde New York
Dice la popular Carrie, de Sex and The City, que las mujeres vienen a Nueva York en busca de las dos L: Love and Labels (amor y etiquetas, o grandes marcas). En el primer tema ni me meto. Y por las segundas no sé si vienen, pero ya se ve que las obtienen. En mayúsculas, colores fuertes y metalizados, con logos, mascotas y símbolos.
Las hay verdaderas y falsas, de las tiendas criogenizadas en aire acondicionado, de la calle, del barrio chino o del mismísimo Bloomingdales. El asunto es que las famosas iniciales se pasean vistosamente por la ciudad como Pedro por su casa.
Quizás porque soy incapaz de diferenciar unas de otras, finalmente las desprecio a todas. Debe ser mi mente noventera que no ha dado completamente su brazo a torcer con el regreso de los excesos de los 80s. Debe ser esa intolerancia al mostrar, al exhibir. Debe ser porque no tengo escote que mostrar. Pero me resisto. Aunque Soledad Onetto gane páginas en LUN con su cartera de Tous, me resisto al artículo que publicita a su tienda a todo pulmón.
Encuentro que el asunto es como los autos esos que andan por Santiago con grandes publicidades pegadas. Si quieren promoción… ¡qué paguen! O bueno, que pasen el dato con discreción.