Una larga pasarela en forma de mesa, acompañada de candelabros colgantes y modelos que se pasean como por una cena para Dries Van Noten 2005; una sala de colegio para Thom Browne en 2009; un coreográfico escenario en la estación de Nueva York para Moncler. Estos son solo algunos de los brillantes escenarios que el diseñador de sets Etienne Russo ha instalado junto a su empresa Villa Eugénie, la que se especializa en lograr lo imposible: convertir una pasarela en un show mediático, original y cautivador con ayuda de tecnología e imaginación.
La multifacética labor de Russo también se ha visto en diferentes espacios con estilos muy distintos: las llamativas pasarelas de Philipp Plein, el arte de fiestas para Jeff Koons y por supuesto, las más comentadas, los shows de Chanel. Karl Lagerfeld le confía los espacios que necesita en el Grand Palais junto con los de Fendi y así, hemos visto obras de arte como la reciente pasarela playera con arena y mar en Paris Fashion Week o el aun comentado supermercado de la casa con pequeños artículos incluidos.
Pero además de impactar con éxitos comerciales, Villa Eugenie tiene el sello de otras intervenciones muchísimo más artísticas: las modelos colgando en bolsas selladas de Iris Van Herpen o la cabeza deforme homenaje a David Lynch de Kenzo también son de su factura.
