Christian Dior debutó como diseñador de su propia casa de Alta Costura en 1946, a los 41 años. Raf Simons tenía 44 cuando asumió el control creativo de la misma marca, luego del escándalo de John Galliano que lo alejó de su puesto como diseñador. Frente a estos personajes, el documental “Dior and I” (2015), de Frédéric Tcheng, indaga en el debut de Simons con su primera colección y todos los preparativos que eso involucra, pero además haciendo hincapié en establecer un paralelo entre el belga y el propio fundador de la casa.
Una cámara nos muestra el interior de los talleres y el cuerpo de trabajo que acompaña cada decisión de la marca. Basada en la alta costura, Christian Dior se forjó en poco tiempo como una de las firmas más famosas y vanguardistas de todas, gracias a la colección New Look de 1947. Bajo una simple mirada, el documental nos muestra la preocupación de Simons y su ayudante, Pieter Mulier, por mantenerse a la altura de dicha revolución pero sobre todo, de dar con diseños que mantengan contentos a todos. “Es la primera vez que hago alta costura”, confiesa Raf ante la cámara en una de sus tantas intervenciones. Para quienes no conocían mucho la personalidad del belga, en “Dior and I” nos damos cuenta que es un sencillo, perfeccionista pero sobre todo, apasionado diseñador; no teme en emocionarse, y de paso hacer lo mismo con el espectador, con su llanto esporádico al darse cuenta que quedan solo horas para mostrar su primer trabajo en Christian Dior.
Revisar los archivos de la casa, presentarse ante las históricas costureras que trabajan fielmente en la marca pese a la seguidilla de diseñadores –la más antigua lleva 40 años en el cargo–, pero además ver la presión a la que se someten muchos creativos de la moda, son algunos de los vistazos que podemos reconocer ante este cálido y sencillo documental.
No se habla mucho del pasado o la herencia de otros diseñadores que pasaron por la marca, más que del propio creador de la misma; así, vemos a Simons visitando Ville de Granville, la misma casa donde creció el famoso Couturier. Y también leyendo las memorias del diseñador a pocos días de debutar con su primera pasarela, reconociendo bastantes características en común con el francés. “No me considero un minimalista, no se por qué todos creen que lo soy”, dice en una de las escenas Simons, quien llegó a la fama como director creativo de Jil Sander, marca que apuesta por la sencillez. Lo cierto es que aquí, más que encandilarnos por los cameos de famosos, es el propio acercamiento a Simons el que nos cautiva y nos da la oportunidad de saber un poco más sobre su responsabilidad actual en una casa tan histórica.
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Fotos: Washington Post, Around Movies, Athena Cinema, Vogue UK, The Fashion Commentator, Hunger TV.