La segunda parte de Milán y sus propuestas incluye algunos repetidos de siempre como Dolce & Gabbana, pero también otros destacados que se mueven en terrenos mucho más frescos y efectivos.
Bottega Veneta: Tomas Maier transformó una marca que parecía dedicada a diseñar “ropa para señoras” en una nueva firma a tener en cuenta para la juventud adinerada. Sus vestidos son vaporosos pero el toque distinto nunca falta.
Bally: A través de un lookbook, la firma Bally nos cuenta una historia invernal protagonizada por una mujer que ama su estilo y lo replica en distintas formas y propuestas a través de esta colección, cómoda, retro pero juvenil.
Missoni: La tradicional marca italiana de tejidos actualiza su registro con prendas más atrevidas y al mismo tiempo fuera del patrón estampado al que nos tenía acostumbrados, todo con el toque de la familia del mismo apellido que se une en torno a esta casa.
Stella Jean: No sabemos si es apropiación cultural u homenaje, pero cada vez que un diseñador descubre una cultura ajena a la propia, la expone en sus pasarelas. Con Stella Jean, el target es Perú y sus cholitas, introducidas en pequeños códigos y con una mezcla deportiva en el show.
Philosophy di Lorenzo Serafini: Las imágenes de Tina Chow en los ’80 fueron el catalizador del diseñador tras esta marca para dar con la colección S/S 2018. Por ello, vemos formas retro que de alguna manera no parecen completamente antiguas y detalles en brillos en uno que otro atuendo.
Dolce & Gabbana: Hace rato que el maximalismo sin sentido, las reinas, los it boys de Internet y una interminable pasarela forman parte temporada tras temporada de Dolce & Gabbana. Si algo debemos rescatar, es definitivamente la oda a los detalles que plantea la dupla, desde lentes de sol con dedos y anillos hasta calcetines.
Fotos: Runway.