Hay series televisivas que nos marcaron por la historia, por la coyuntura de la época pero también por la moda. En muchas de ellas vemos reflejado el estilo y tendencias de la época, y junto a ello el carácter inolvidable de sus historias nos transportan a diferentes épocas y prendas que alguna vez llevamos, o nunca quisimos llevar. Hoy suenan desde Blair hasta Serena de “Goosip Girl”, pero antes fueron otras. He aquí un resumen con algunos ejemplos.
Alexis Carrington – Dinastía
La insufrible y déspota antagonista de la serie más popular de los ’80 estaba mimetizada con la actriz a cargo de interpretarla, la siempre glamorosa Joan Collins. Bastaba con que llevara esos trajes de alta costura gentileza de Nolan Miller, las grandes hombreras y los sombreros de Derby para que todas las amas de casa quisieran ser como ella, claro que en imagen más que en carácter. Cuando el lujo estaba de moda, siempre existía Alexis Carrington.
Jem – Jem
No es un personaje de carne y hueso, pero muchas niñas vimos a esta cantante que se transformaba en una rockera original con un estilo que mezclaba un poco lo de Nina Hagen y el Glam rock de fines de los ’70. Las Misfits también tenían su onda, y hasta el maquillaje exagerado y la cabellera punk tenía reminiscencias de Ziggy Stardust o The Runaways.
Kelly Bundy – Married with children
La rubia tonta que dejaba locos a los hombres era también uno de los personajes jóvenes más atrevidos a la hora de vestir. A principios de los ’90, la sensualidad de los vestidos bodycon muy cortos eran lo suyo, en una especie de popularización de los diseños de Azzedine Alaïa, que junto a las medias caladas o rotas a lo Gloria Trevi y el maquillaje exagerado eran tendencias que poco a poco han revivido, por lo menos lo de las calzas floreadas.
Nanny Fine – The Nanny
Entrañable y detestable al mismo tiempo –gracias a ese particular tono nasal-, Fran Fine era la típica chica judía de Brooklyn que exageraba en la ropa, el peinado y maquillaje, casi a tono con el lema “antes muerta que sencilla”. Las lentejuelas, los vestidos tipo sirena y los tacones altos con minifalda eran la suyo.
Brenda Walsh – Beverly Hills 90210
Cuando el grunge recién se asomaba, una serie tenía loca a toda una generación. La vida de un grupo de estudiantes de secundaria nunca hubiese sido lo mismo sin Shannen Doherty, quien en la vida real era una chica mala que vestía chaquetas de cuero y vestidos ajustados. Antes nunca vimos a chicas de 16 años tan arregladas como en esta serie.
Meghan Rotundi – Felicity
Era el año 1998 y Marilyn Manson sonaba fuerte; lo gótico comenzaba a popularizarse, y qué mejor que representarlo de la mano de la antagonista de la dulce y fome Felicity, Meghan. Con sus minis de latex y sus blusas transparentes, Meghan dejaba ver de forma estereotipada ese resentimiento hacia la moda que se asomó a mitad y fines de los ’90.
Carrie Bradshaw – Sex and the City
La más recordada y fashionista de la televisión, que con o sin éxito fue capaz de embarcarse hasta en películas. Carrie siempre será recordada por mostrarnos marcas como Jimmy Choo, el famoso vestido de estampado de diarios de Galliano o incluso el tutú del comienzo de la serie. Todo era sobre ella en la década del 2000.