La mujeres hoy caminan por la vida con un traje sastre como si siempre hubiese sido creado para ellas al igual que los pantalones e incluso tímidamente los sombreros masculinos y las corbatas. Sin embargo, nosotros, aun asistimos al terreno de la innovación estilística con timidez, con algo de susto al que dirán. Solo así se explica que artículos como la falda y el vestido en general, sean elementos aun designados para las mujeres.
Es cierto que la falda masculina como elemento tradicional es utilizado desde hace tiempo, el kilt, esa falda que comúnmente se llama escosesa se lleva en las piernas masculinas desde hace siglos, de hecho, también usaron elementos similares los hombres romanos y egipcios y aunque estos últimos podrían ser considerados elementos ajenos a la clasificación que hoy le damos al vestido, caen de por si dentro de la categoría.
Muchos han sido quienes han propuesto la falda masculina como un elemento estético que ayudaría a suavizar nuestra masculinidad al resaltar nuestra zona de las caderas, es mas, en las colecciones de Givenchy, McQueen o Comme Des Garçon de este año apareció nuevamente la falda en sus modelos, pero en ninguna de estas 3 versiones la falda intentaba “feminizar” al hombre, al contrario, la falda parecía solo ser un elemento más combinado con zapatos que hacían mas masculina la imagen y el modelo.
Pero si de faldas y vestidos masculinos hablamos Marc Jacobs tal vez sea el referente y máximo exponente de este ultimo tiempo en torno a este articulo. Luego de aparecer en muchos desfiles acompañados de su falda negra, confesar en Vogue que su prenda fetiche son justamente las faldas, aparece en Paris, en la inauguración de una exposición de Louis Vuitton con un vestido rosa muy ajustado, pasando de la falda masculina y cercana al Kilt, al vestido en color rosa poniendo en jaque nuestros convencionalismos ¿Sera el vestido y la falda la vestimenta de moda en un futuro no muy lejano?