Desde hace un tiempo, el diseñador chileno Claudio Paredes ha diversificado su trabajo entregándose a otras áreas; una de ellas, la del maquillaje. Junto a él ha logrado trabajar con rostros como Mariana Di Girólamo, además de cimentar su pasión por la belleza en general. Y aquí le preguntamos todo acerca de esta nueva faceta.
-¿Cuándo te diste cuenta que querías incursionar en el maquillaje y por qué?
El mundo de la belleza me atrajo desde mi infancia. Siempre jugaba a peinar/maquillar a mi hermana y luego a mi sobrina. Ya cuando entré al mundo de la moda nacional, me tocó trabajar con grandes personalidades del maquillaje y me quedaba embobado mirando su trabajo, los productos. Siempre tuve ganas de tomar los pinceles y ponerme a maquillar también, pero veía que su trabajo era tan pro y yo sabia tan poco que me limité por muchos años a observar y observar, hasta que un día me dije “debes hacerlo, es algo por lo que te sientes demasiado atraído y ¿por qué no intentarlo?” y la verdad a sido totalmente satisfactorio. Es una nueva manera de expresarme, me ha servido para poder acercarme a las personas, para ver cómo mejora su autoestima; también como una nueva fuente laboral y algo que me hace sentir pasión e inspiración.
-Hay otros diseñadores chilenos que han cambiado también el vestuario por el maquillaje. ¿Por qué crees que se ha producido este cambio?
Honestamente, creo que el maquillaje es una fuente de trabajo más segura. También la inmediatez en la que vez terminado tu proceso; el Diseño de Vestuario es un arte poco valorado en Chile, lleva tiempo, a veces meses confeccionar un vestido, mientras que un maquillaje a veces no toma más de 2 horas. Creo que todas estas características han hecho que muchos profesionales de la moda decanten por este arte, dejando de lado un poco el diseño de moda.
-¿De qué manera has estudiado las técnicas y estilos en el maquillaje?
Como te contaba, por aproximadamente diez años tuve la oportunidad de trabajar en producciones con muchos de los más grandes maquilladores nacionales mientras hacia mi trabajo como estilista o diseñador de vestuario. Siempre estaba con un ojo pegado en lo que hacían, los pasos, los productos, siempre hacia preguntas, pero nunca me atrevía a ir mas allá. Un día me decidí a preguntar más y pedir que me enseñaran, a ofrecerme como asistente; primero fue gracias a Alexander Inostroza (@makealexander), quien me tomó como su Asistente para algunos trabajos, me regaló mis primeros maquillajes y brochas y me entregó muchas técnicas y tips para sentirme más seguro. Después de eso empecé a comprar libros, ver tutoriales todos los días hasta las 4:00 de la mañana, comencé a comprar maquillaje, mucho maquillaje, a asistir a masterclass de diferentes marcas, así fui formándome; un poco autodidacta, un poco tirándome al vacío y un poco aprendiendo de amigos maquilladores.
-¿Cuál fue tu primer trabajo como maquillador?
Mi primer trabajo real fue maquillar a las chicas que llegaban a la Agencia The Syndical para sus test y portafolios. La primera vez debo confesar que estaba muerto de miedo, pero estar frente a modelos internacionales y trabajando con fotógrafos destacados me obligo a hacer un trabajo de nivel desde el primer día. El resultado fue bueno y eso me ayudó a sentirme seguro de lo que estaba haciendo y darme cuenta por dónde iba mi estilo.
-¿Cómo has visto tu desarrollo en el maquillaje en contra parte con el vestuario?
Mi desarrollo en maquillaje ha ido en paralelo a mi trabajo como diseñador, pero siento que ha sido una evolución bastante mas rápida comparada con lo que me costó entrar a la industria de la moda local como diseñador. Quizás el camino que ya había cimentado en moda, más la experiencia en otras disciplinas de esta industria, mi trabajo editorial y mi relación con modelos, bookers y fotógrafos hizo todo más rápido. Algo que también me sirvió muchísimo fue que la Marca DIOR Make Up pusiera sus ojos en mi y me eligiera como uno de sus micro influenciadores en Chile, lo cual ha sido todo un honor y reconocimiento.
Durante este desarrollo, al igual que en mi trabajo de diseñador logré encontrar mi estilo y manera de trabajar; fui adaptando las técnicas y descubriendo cómo quería que se viera mi trabajo. Me decanté por las pieles con aspecto natural y luminoso, colores que se fundieran con los propios de la persona a la que estaba maquillando en pómulos sombras y labiales. Dejé un poco de lado lo excesivo (tendencia Instagram); siento que por ejemplo los delineados gráficos, las pestañas enormes o las sombras en cut crease no son lo mío. Mi estilo va más por trabajar con la base tonal de la persona, su estacionalidad, sus colores propios aplicados, mezclados, difuminados junto a toques de iluminador y gloss para dar acentos de luz y brillo.
Fotos: Claudio Paredes.