¿Qué sería de la moda sin diversidad? ¿Qué sería de la historia de la indumentaria sin la existencia de creadores privilegiados como Yves Saint Laurent, Marc Jacobs, Tom Ford, todos abiertamente homosexuales? ¿Cómo alguien puede tildar de enfermo a quienes nos deleitan con sus creaciones y llenan el mundo de magia y belleza? ¿Cómo alguien se arroga la facultad de golpear hasta la muerte a un ser humano sólo y exclusivamente por tener una condición distinta? Las dos primeras preguntas tienen solución, las últimas no encuentran respuesta en el campo de la lógica ni en el sentido común.
Si en VisteLaCalle retratamos los distintos looks existentes en nuestras calles, si mostramos la infinidad de estilos que vemos en nuestras ciudades, es porque somos firmes creyentes de que la diversidad es un valor, un valor que hay que cuidar e incluso cultivar. Un mundo donde la opinión, el pensamiento, apariencia e imagen del otro es distinta, es nuestro mundo, el lugar en que vivimos. Sin embargo, muchos parecen no entender que el mensaje ímplicito en esa realidad con la que convivimos día a día, la lectura inequívoca y fundamental de aquello es el respeto. Respetar al otro irrestrictamente, no importando su origen social, color de piel, religión o condición sexual es una obligación moral de todos quienes creemos que un mundo mejor y más justo es posible.
Para nadie es un misterio que quienes mueven el mundo de la moda son mayormente personas de condición homosexual. Porque compartimos con ellos a diario y entendemos que sus frustraciones, desafíos, pensamientos y motivaciones se alejan de ser anormales o desviados como algunos erróneamente creen, es que repudiamos el asesinato de odio cometido contra Daniel Zamudio y apoyamos en su dolor a su familia, amigos, a la comunidad gay y a todos aquellos que alguna vez se han sentido discriminados. Sólo nos queda esperar que su muerte no sea en vano y nos ayude a entender que un mundo donde el respeto y tolerancia sean la base de las relaciones humanas, es la única manera de asegurar la paz y convivencia tranquila.
Hasta siempre, Daniel Zamudio.