La moda y los juegos olímpicos parecen nunca dejar de relacionarse, y eso es llevado a un nivel mucho más allá por Ibtihaj Muhammad, esgrimista estadounidense que durante los actuales juegos en Río llamó la atención al utilizar un hijab en competencia, convirtiéndose en la primera mujer americana-musulmana en participar de esta manera en los Juegos Olímpicos.
Pero la historia de la esgrimista respecto a su vestimenta tiene mucho más que contar. Además de ser una deportista olímpica, ha sabido conjugar su dedicación al deporte con su pasión por la moda. La tradición exige a las mujeres musulmanas a cubrirse cabeza, brazos y piernas, pero este no es impedimento para utilizar prendas bellas en colores y estampados llamativos. Hoy Ibtihaj tiene su propia marca de ropa llamada Louella, donde diseña ropa que ajusta a su estilo y cultura, aunque inicialmente partió dirigida a mujeres musulmanas, sus compradoras se han ampliado a todo tipo de mujeres.
Con 80 mil seguidores en Instagram, la deportista presenta su gran estilo al mundo, y, a pesar de haber quedado eliminada en la competencia de esgrima, ha logrado demostrar una gran integración y diversidad cultural, además de ser un ejemplo de emprendimiento. Ella misma dice que no es fácil llevar una carrera tan exigente como lo es un deporte olímpico, pero con esfuerzo y dedicación demuestra el poder femenino para cumplir sueños y ser una mejor versión de uno mismo sin dejar de lado ninguna pasión.