En los ’90, sorteó un incendio que afectó la sede central de sus oficinas en España, y renació con un imperio de perfumería y ropa exclusiva; sin embargo, este año deberá restarse de las pasarelas de Cibeles, la principal plataforma de la moda española. Adolfo Domínguez y la crisis que afecta a su empresa es solo uno de los numerosos ejemplos que no veremos en la semana de la moda de febrero. La crisis ha replanteado la estrategia de los diseñadores, quienes han apostado por concentrar los recursos que mantienen para invertir en otras áreas, mientras marcas como El Delgado Buil han optado simplemente por cerrar, a pesar de obtener varios premios por sus creaciones y ser una de las propuestas más frescas por más de 6 años.
8,79 millones de euros ha perdido la empresa Adolfo Domínguez entre febrero y septiembre del 2011, algo que se suma a la crisis que vive Arcadia, uno de los grupos más importantes de Inglaterra que cerrará 260 tiendas. En España esta crisis ha sido irregular, y a pesar del cierre de tiendas y la baja participación en Cibeles, el lujo ha repuntado en un 25% con respecto a estas mismas fechas durante el 2010. Esta paradoja se ha transformado en la salvación para las ciudades de Madrid, Barcelona y Marbella, que han sido reconfortadas por la gran afluencia de turistas, quienes no escatiman en gastar su dinero, por ejemplo, en bolsos Loewe.
Junto a esta crisis que ha impulsado el cierre de varios establecimientos tradicionales en Valencia, se ha originado un fenómeno que tiene a marcas de lujo extranjeras aprovechando de instalarse en los mismos sectores. Miss Sixty, Salvatore Ferragamo y Nike son solo algunas de las firmas que se han apoderado de esta ciudad, quienes han aprovechado el auge de las firmas de lujo en contraste con las marcas españolas y diseñadores locales. Por el momento, Alma Aguilar y Josep Font, premio a la mejor colección 2002 están en suspenso para Cibeles, y al mismo tiempo Inditex y Mango planean inversiones de más de 550 millones en logística y producción el 2012.