El aferrarse a la ropa es una forma de retener a las personas, momentos, recuerdos y memorias de quienes las usaron. Según esta filosofía, la artista finlandesa, Kaarina Kaikonen comenzó en los años ’80 a trabajar con ropa reciclada para liberar sus angustias y pensamientos. Para ella, la ropa usada se convirtió en estas últimas décadas en su medio de comunicación, con el cual pudo honorar a su difunto padre y madre. Esta nostálgica práctica se convirtió luego en un reconocido acto artístico que Kaarina Kaikonen promovió a través de los años y alrededor del mundo a través de intervenciones urbanas, y exhibiciones en lugares públicos.
Las inquietudes de la artista se convirtieron además en una muestra latente de lo sustentable, de lo atemporal y de lo perdurable en el tiempo, movimiento que guía actualmente el mercado de la moda y del diseño y que propone un estilo diferente, más consciente y menos consumista.
El reciclaje de prendas tan variadas como camisas, vestones, corbatas, zapatos y vestidos nos hablan de regeneración, de una nueva vida después de la inevitable muerte, evocando los pensamientos de la autora. La fragilidad de las piezas con las que trabaja Kaikonen se funden y contrastan con la rigidez y la estructuración de los espacios comunes y de la arquitectura que nos rodea.
