Por ahí supe que la última movida en accesorios, después del boom del fieltro y las pelotas de lana, son las cuerdas. La diseñadora alemana es una de las que lleva la delantera. La sigue de cerca Michelle Lane, desde Manhattan. Y algunas casas de moda más clásicas, como Lanvin, han sacado también collares, aros y pulseras que aprovechan el entrelazado propio de los nudos para mezclar cuerdas con cristales y otros insumos de más pedigree.
El look es entre marino y boy scout. En lo personal, no me gusta nada. Los nudos dan forma a piezas algo pesadas. O tal vez en mi inconsciente asocio esto con andar enrollada….Como sea, la propuesta me recuerda lo peor de la moda marinerita, con botones dorados y todas esas cosas que suelen aviejar, a menos que uno sepa llevarlas con mucho estilo.
Reconozco, eso sí, que la idea puede ser campo fértil para crear cosas realmente lindas, como las que hace unos dos años se hacían con cintas. Pero todavía no veo algo de esta tendencia que me vuelva loca. ¿Seré demasiado folk para mis cosas? En una de esas.