La artista israelita Sigalit Landau ha realizado distintos proyectos en donde utiliza las características aguas saladas del Mar Muerto como fuente de inspiración. Llevándolo más allá, la artista escoge piezas que luego sumerge en las aguas por un periodo de tiempo logrando un efecto asombroso. En esta oportunidad seleccionó un vestido negro de 1920, utilizado tradicionalmente por judíos, el cual a través de una red sintética mantuvo bajo el agua por 2 meses.
El resultado final es un vestido cubierto por completo de sal, respetando la forma original, pero dando la ilusión de una pieza cristalizada. A través de un registro fotográfico que hizo la artista es posible ver cómo poco a poco se va perdiendo el negro del vestido, dando paso a un blanco similar a la nieve o al azúcar, con el brillo propio que los cristales de sal le otorgan. En palabras de la artista, este es, para ella, un ejemplo de alta costura realizada por la naturaleza. A continuación te dejamos con las fotos donde podrás apreciar la transformación de este vestido que hoy es una obra de arte contemporánea.