Entre 1945 y 1955, la revista Vogue contó con el trabajo del revolucionario pero discreto Clifford Coffin. Pese a que algunas de sus imágenes están clavadas en el imaginario pop de la moda, su nombre aun no obtiene el reconocimiento que merece. Lo cierto es que Coffin era un estudioso del movimiento, colores y locaciones naturales, además de mantener una salvaje vida personal.
Suzy Parker, el New Look de Dior, uñas rojas perfectas y la playa; los sujetos de Coffin y sus fotografías eran múltiples y variados. Su actitud bohemia, exigencia al momento de tomar retratos y alocado comportamiento, hacían imposible sostener el contraste con esos delicados trabajos, que más tarde serían influyentes para otros grandes maestros como Helmut Newton.
Glamour y Jardin des Modes fueron otras revistas que contaron con sus imágenes. Coffin también capturó a grandes iconos antes de transformarse en ellos: desde Lucien Freud hasta Elsa Martinelli, pasando por Truman Capote y Richard Attenbourough. Pero si tuviésemos que destacar solo una imagen del artista, quizás “Modelos sentadas en las dunas de arena” de 1949, sería el trabajo que todos podrían reconocer de inmediato y además, que se convirtió en leyenda por sí misma.
Fotos: Condé Nast.