Kabuki, el mismo club kid que se transformó en uno de los mejores maquilladores de la moda, estuvo allí. También RuPaul, reconocido drag queen que hasta mantiene su propio show televisivo y carrera musical; Lady Miss Kier y la vocalista de Blondie, Deborah Harry, en tanto, eran asiduas durante los años ‘90. Así de imperdible era Wigstock, un festival que desde 1980 hasta el año 2005 llenó cada feriado de Labor Day con lo mejor de la moda y estilismos alternativos en Nueva York, cerca del Hudson River.
Todo comenzó de manera espontánea para la reunión que alguna vez alcanzó miles de asistentes. En 1984, el club Pyramid –uno de los grandes epicentros de la escena gay neoyorquina–, reunía a los mejores y más entusiastas drag queens de la ciudad, los mismo que decidieron organizar una pequeña reunión musical y colorida en las afueras de la misma ciudad. Así, cada año y presidida por Lady Bunny –quien antes de saltar a la fama compartía departamento con RuPaul–, Wigstock se transformó en una fantasía hippie acomodada para travestis y transformistas que deseaban pasarlo bien en su día libre, acompañado por supuesto de los mejores trajes y peinados, brillos y pelucas.
El 2001, Lady Bunny decidió que se celebraría la última fiesta de Wigstock. La actividad ya no era lo mismo que antes, cuando en su apogeo en 1995 llegaron a actuar varios famosos de la música como Crystal Waters y Deee Lite, y animando el espacio el reconocido RuPaul. Allí, en esa misma fecha, se filmó hasta un documental que trató de encapsular la magia y la unión entre los asistentes, quienes se esforzaban al máximo por mostrar sus estilos y personalidades propias a través de la ropa. Pero Wigstock siguió al final hasta el 2005, cerrando un espectacular ciclo que congregó muchos años atrás y por primera vez, a drag queens, transformistas y transexuales de manera libre y pública en una de las ciudades más grandes del mundo.
Fotos: Kabuki, Wigstock, Flickr.