El año 1992, un joven diseñador que durante los años ’80 había conseguido poner en boga los vestido sencillos, inspirados en prendas masculinas casi modernizando el look Diane Keaton, daría los primeros pasos en la fama. Una colección de primavera verano bajo una marca importante lo pondría en todas las revistas, y hoy es recordado como el precursor de una tendencia que tiene como base un momento musical importante. Marc Jacobs tomó el mando de Perry Ellis en 1987 y también de la moda juvenil cuando se apropió del grunge en la moda en 1992, y presentó la mítica pasarela por la que aun sería recordado años después.
Fue Jacobs el que consiguió que las camisas a cuadros, las faldas de algodón elasticado, las botas largas amarradas y los gorros de lana, no fueran solo prendas masculinas o juveniles; gracias a su colección en la tradicional firma norteamericana Perry Ellis, las portadas de Vogue con Kristen McMenamy y Naomi Campbell, el estilo de Kate Moss y muchas otras famosas, se convirtieron en un precedente importante durante los años ’90. Aun con esta colección, las ventas de Ellis no consiguieron el resultado esperado y Jacobs tuvo que retirarse como Director Creativo.
Aunque perdió su cargo, ganó el premio CFDA al Mejor diseñador de ropa femenina, por su atreverse a mezclar el mundo musical con la moda de manera reconocida. De ahí a que se transformara en un metrosexual de ropa ajustada, luego de ser un inseguro personaje de cabello largo y grandes lentes, faltaba solo un paso, el que dio junto al puesto de creativo en Louis Vuitton. Sin embargo, nadie olvida sus vestidos largos florales, sus chalecos de red en colores tierra o sus sweaters con agujeros, los que fueron y aun son sinónimo de grunge dentro de la moda.
