Viajar por el mundo y codearse con famosos diseñadores es algo a lo que toda modelo está acostumbrada. Pero si además entabla lazos de amistad con figuras como Andy Warhol o Elton John, entonces la carrera profesional se transforma también en diversión. Marina Schiano fue una de las que aprovechó al máximo su época de oro en la industria, la cual comenzó a finales de los años ’60 cuando se transformó en musa del francés, Yves Saint Laurent. A su lado apareció en revistas, pasarelas y también fiestas.
Schiano emergió desde Nápoles a las pasarelas cuando el famoso fotógrafo de Harper’s Bazaar, Hiro, decidió retratarla en una de sus inusuales tomas. Desde allí, Marina comenzó a llevar las colecciones de YSL bajo el sello dorado de sus años lujosos: la colección inspirada en Rusia, la inspirada en China y otras que recorrieron el mundo de las socialités que las llevaron. Schiano comenzó a adoptar una costumbre de su amigo Andy Warhol y llevó su cámara fotográfica a todos lados. Así, consiguió reunir memorias invaluables de sus celebraciones, lanzamientos, cumpleaños y galas retratando a famosos como Loulou de la Falaise, Gianni Versace y más. Esta labor se vio acrecentada cuando se transformó en la editora de moda de la revista Vanity Fair, profesión que aceptó llevar entre los ‘80 y 90’s.
Con una elegancia y estilo únicos, tal como muchas otras mujeres modelos y famosas de su época, Schiano aun conserva sus recuerdos llenos de nostalgia en Brasil, país en el que vive desde hace varios años. Lejos de París, Nueva York o Milán, ciudades a las que acostumbraba entregarse cada temporada, Schiano hoy mira sus fotografías y sabe que la época que vivió ya no volverá jamás. Pero su toque en Vanity Fair –que incluyó retratar a famosos con fotógrafos de moda como Herb Ritts o Helmut Newton–, cerraron una brillante carrera que aun la tiene como una de las más queridas figuras de la industria de todos los tiempos.
Fotos: Jazzinphoto, Vogue Italia, ShrimptonCouture, Redlist, CiaoVogue.