El año 2001, Will Ferrel interpretó a un vanguardista diseñador en la comedia “Zoolander”, quien creaba una colección de ropa llamada Derelicte. “Es un estilo de vida inspirado en quienes viven en la calle, los vagos, las adictas al crack”, aseguraba Mugatu, su personaje. Lo cierto es que esta escena parodia la famosa colección del año 2000 de John Galliano para Dior, la que realmente se inspiró en quienes viven en la calle e introdujo uno de los conceptos más discutidos en la moda.
Cuestionado por temas morales, que van desde banalizar una situación a la que se enfrentan millones de personas sin hogar, hasta glamorizar un estilo de vida que no tiene nada de elegante, Galliano se enfrentó a fuertes críticas públicas cuando decidió poner en la pasarela su idea de un “hobo chic”. Lo cierto es que después de ello, colecciones como la del 2010 para hombres de Vivienne Westwood mostraron a modelos que llevaron hasta carros de supermercado en la pasarela, mientras el 2011 el propio Galliano reinterpretó la silueta hobo para su línea masculina.
Balmain no ha estado tan lejos de la misma propuesta. En la época de Christophe Decarnin –la misma que se tradujo en grito y plata para la famosa casa francesa-, las modelos llevaron vestidos de alta costura rasgados, chaquetas con agujeros y pantalones que dejaron poco a la imaginación a través de la misma técnica. Vogue Germany también ha mostrado editoriales con modelos llevando carros de supemercado en las calles, mientras las hermanas Olsen popularizaron el look con abrigos extra largos y la creación del concepto de “bag ladies”. Lo cierto es que a pesar de las críticas, cada vez vuelve con más fuerza este look en el vestir masculino y también femenino.