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“Sal de la caja, solo así podrás pensar fuera de ella. Chicos y chicas, ¡cambiemos el maldito juego!”, exclamó en su blog la modelo de 19 años Essena O’Neill, junto a su primer post. En www.letsbegamechangers.com, O’Neill aparece en diversos videos y posts dando testimonios sobre cómo vivir encerrada en las redes sociales, especialmente Instagram, la llevó a obsesionarse con una vida de fantasía que absorbió su propia realidad. Así, de pronto decidió dejar sus exitosas cuentas –en Instagram tenía más de 500 mil seguidores–, para revertir su situación y ayudar a que otros también se den cuenta. “Social Media is not real life”, se llama hoy su cuenta.
En pocos días, la cruzada personal de O’Neill se transformó en una de gran valor social. En vez de cerrar definitivamente su cuenta, decidió editar cada fotografía tomada hace varios meses con un mensaje que deja en claro que nada es lo que parece. “Me tomé 100 fotos hasta dar con una que mostrara mi estómago más plano y ese día ni comí”, señala en una de las imágenes. En otra dice “tenía acné en toda la cara, así que lo que ven es toneladas de maquillaje”. O’Neill cuenta también que debido a su gran cantidad de seguidores, muchas marcas le pagaban miles de euros por promocionar sus prendas o productos, los cuales por supuesto eran ubicados estratégicamente y de manera casual para dar con la frescura necesaria. “Y nada es real”, señala en varias ocasiones.
Esta iniciativa se perfila de alto impacto porque es la primera estrella de Instagram que ha decidido enfrentar el estrés por el que muchos pasan al tratar de acomodar todo su entorno a la perfección esperada por seguidores y patrocinadores de sus cuentas. Personas como Chiara Ferragni viven a costa de lo que muestran día a día en Internet, por ello necesitan demostrar constantemente felicidad, goce, satisfacción personal. “No hay nada zen en tratar de parecer zen”, cuenta O’Neill en otra foto donde muestra uno de los más grandes clichés de la red social: la pose perfecta de yoga en la playa. “Por favor, póngale like a mi foto; me peiné con un rizador, me puse un gran collar, me maquillé y además me saqué como 50 fotos antes de postear ésta”, señala Essena en otra de sus capturas, dejando en claro que el rechazo a lo artificial podría ser un camino no muy lejano en el futuro de esta generación.