Tecnología y moda son dos conceptos que parecen estar cada vez más cerca el uno del otro. Abundan las prendas con sistemas de iluminación o cambio de color, reproducción de imágenes y una lista interminable de atributos que la tecnología le ha otorgado al diseño de vestuario y la creación de accesorios. Bajo el concepto de “Wearable-Tech”, cientos de diseñadores alrededor del mundo han querido dar un paso hacia el futuro buscando nuevas formas de vestir a la humanidad, donde además de tendencias, hacen uso de la tecnología contemporánea para transformar lo que usamos en objetos útiles. Naomi Kizhner fue uno de ellos; la artista y diseñadora israelí creó Energy Addicts, una línea de joyas que almacena y reutiliza la energía de nuestras venas, párpados y espina dorsal para luego transferirla a otros dispositivos, como celulares y computadores.
Son solo 3 dispositivos: Blood Bridge, Blinker y E-Pulse Conductor. El primero va inyectado directamente a nuestras venas a través de las agujas que posee en sus extremos. El flujo de la sangre es tan potente que logra generar la energía necesaria para que la rueda ubicada al centro del aparato gire sin parar, produciéndose la energía necesaria para poder cargar un celular. El segundo es una especie de anillo para el entrecejo. Ubicado justo entre ambos ojos en la parte alta de la nariz, Blinker extrae energía de nuestro parpadeo. Y finalmente está E-Pulse, el cual se conecta en la espalda a nuestra espina dorsal —también a través de agujas—, generando energía a través de los impulsos nerviosos que recorren nuestra espina a lo largo del día.
Si bien los dispositivos existen, por ahora son más un objeto conceptual que un producto comercial, ya que su proceso de reutilización de energía finalizaría mediante el traspaso de esta —de las agujas de los objetos— a alguna especie de cable o transmisor que permitiría conectarse a un USB, y ahí extraer la energía. La idea de Naomi era abrir el debate, “hay muchas cosas bonitas, pero una cosa bonita que te hace pensar es una historia diferente” es lo que declara como su motivación principal. Así, la diseñadora enfrenta a la estética, la moda y la belleza contra la tecnología, la energía y la maquinaria, demostrando que estos son conceptos cada vez más cercanos.
Considerada por varios como piezas de ciencia ficción, las joyas poseen puertos que permitirían utilizar la energía recolectada para cargar o utilizar diversos aparatos electrónicos a modo de batería de repuesto, teniendo de esta manera el control sobre la recarga energética en nuestras manos, o mejor dicho espaldas, brazos y entrecejo.
Imágenes: NaomiKizhner.com / NotAMagazine /