¿El sexo aún vende?

¿El sexo aún vende?

Antes eran revistas y publicidad, desfiles basados en la sensualidad y material que hoy es cuestionado bajo nuevos estándares de diversidad. El siempre ha estado presente y más aun en la , pero la relación actual se da de manera mucho más colaborativa que provocativa.

Cuando Tom Ford se convirtió en el diseñador detrás de Gucci en los ‘90, a menudo los editores y periodistas de moda relacionaban sus primeras colecciones con sexo: Vogue describió su show F/W 1996 RTW -el mismo con los vestidos blancos cortados en la cadera-, como “el equivalente de la moda a una noche sexual pasajera en Studio 54”. Las campañas eran arriesgadas, muchas veces polémicas y más aún cuando Ford lanzó su propia marca en 2006, tomando como referente el erotismo clásico de los ‘70 en la fotografía y llevándolo más allá. Pero desde que Ford estableció estos parámetros como los favoritos de la pasarela, la moda ha pasado por muchos estilos. Hoy el glamour está lejos de describirla, pero es la cercanía de los diseñadores, marcas y colecciones con la cotidianidad lo que ha llevado a algunos a plantearse alianzas con los lugares más sexuales: desde Grindr a OnlyFans, no son pocos los lanzamientos enmarcados bajo estas plataformas.

Un poco de historia

El cuerpo femenino ha sido siempre protagonista de la estimulación visual, así como de las creaciones más sensuales de la moda. Escotes, vestidos abiertos y cortos para mostrar piernas, espaldas sin tela e incluso, el icónico escote trasero de Guy Laroche que llevó Mireille Darc en el cine. Desde siempre, la sensualidad femenina ha inspirado a los creativos de la moda, el arte, la música y el cine, pero fue quizás en los años ‘60 y ‘70 cuando la fotografía se centró en un destape atómico, uno patrocinado por tres mentes maestras de la sexualidad en la imagen: Helmut Newton, Chris Von Wangenheim y especialmente, Guy Bourdin. Fueron ellos los que no tuvieron miedo de poner sus fetiches al servicio de campañas de grandes casas de moda o editoriales de revistas -piernas y desnudos femeninos en el caso de Newton, pelirrojas para Bourdin y shock en el de Von Wangenheim-, pero además cruzaron varios límites marcando un antes y un después con respecto a la fotografía de moda. La cosificación aparecía al servicio de una historia mucho más elaborada, a veces macabra pero sobre todo seductora, instalando el sexo en la moda sin vuelta atrás. Tal fue la influencia del trabajo de estos creativos, que el cine se basó en estas miradas para The eyes of Laura Mars (1978), la película de Faye Dunaway donde vemos mujeres peleando, glamour y autos incendiados al mismo tiempo.

En ediciones anteriores de , habíamos tocado el tema de la provocación en la fotografía de moda, lo que dio paso a que se amplificara la mirada sexual en campañas y publicidad televisiva. Durante los años ‘40 y ‘50, la publicidad estaba completamente inspirada por la mujer en sus roles más tradicionales, llegando a un punto altamente sexista, cuestionado en la actualidad gracias a archivos que encontramos online y por supuesto, todo lo que fue la serie Mad Men. Pero a fines de los ‘70 y especialmente en los ‘80, el sexo vendía cualquier elemento: bronceadores, maquillaje, cigarrillos y especialmente perfumes. Las parejas retozaban en la arena para vender una nueva fragancia o las mujeres no podían contenerse cuando el hombre aparecía oliendo a madera y pino. Fue difícil alejar esa radical mirada sexista del mundo publicitario cuando se trataba de productos, inspirando básicas campañas hasta fines de los años ‘90. Revistas como Sports Illustrated, Playboy, los shows de Victoria’s Secret y otros lugares comunes se normalizaron por años, apoyados siempre en cuerpos que cumplían con los cánones tradicionales de belleza y exigencia social, algo que hoy poco a poco se va dejando atrás. Pero el sexo siempre hace su aparición en la moda, especialmente si hablamos de pasarelas y los años ‘90 fueron la gloria en ese aspecto.

Citas, videos y moda

Internet continúa sorprendiendo a través de plataformas que permiten conectar a las personas de distinta manera, especialmente en estos tiempos de cuarentenas e incertidumbre. En 2016, OnlyFans prometía entregar contenido atractivo y especialmente erótico bajo una membresía pagada. Luego que muchas noticias pasaran a llenar titulares por la popularidad de ciertos perfiles en la plataforma, algunas marcas pensaron en idear sus próximos pasos de manera “moderna”: Rebecca Minkoff fue la primera de ellas. La diseñadora norteamericana creó un perfil en OnlyFans donde presentó su colección F/W 2021, desligándola de la connotación sexual que la rodeaba eternamente y consolidando otro nicho para la moda. Pero claro, si no hubiese tenido esa misma atención sexual y por ende esa popularidad desde un inicio, quizás ningún diseñador hubiese decidido apostar por este espacio. Incluso la diseñadora británica Martine Rose decidió inspirarse en las viñetas eróticas de la plataforma para presentar virtualmente su show en septiembre de 2020, contratando a webcam guys para intercalar momentos eróticos y cotidianos de la actualidad.

En 2020, un estudiante de Diseño presentó su colección en Grindr, la plataforma que permite conectar en citas románticas -y mucho más-, a la comunidad gay. Rob Tennent decidió que la pandemia no iba a alejarlo de presentar su colección de graduado aunque sea de manera digital y reunió a sus amigues para vestirlos con distintas versiones de una camiseta negra de spandex, incorporando la corriente sin géneros en su propuesta. Este no fue el primero ni el último coqueteo de la plataforma con la moda: en 2016 lanzó su propia colección de prendas llamada ‘The Varsity Collection’, y ese mismo año un favorito se atrevió a transmitir su desfile F/W 2016. J.W. Anderson, el mismo que ha quebrado constantemente las barreras de género a la hora de vestir a sus preferidos y que propulsó el frenesí del tejido de Harry Styles, decidió aliarse con Grindr permitiendo que millones de personas vean sus creaciones. “Somos todos humanos, así que todos de alguna manera tenemos que sentirnos atraídos por alguien. Ese es el juego, pero con ropa”, aseguró el diseñador ese mismo año en Elle. A pesar del éxito y recibimiento -150,000 visitas tuvo en sus primeros días el desfile-, Grindr anunció que no va a transmitir otros desfiles pronto, pues busca ampliar su diversidad de contenidos. “Buscamos colaboraciones que sean originales”, aseguraron en The Drum en 2016. Y la moda, ¿cómo conectará nuevamente con el sexo en un futuro?

 

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Kevin Cortés
Kevin Cortés
Periodista con mención en Comunicación Digital. Máster en Fashion Marketing por Elle y la Universidad Complutense de Madrid. Editor de moda y encargado de comunicaciones. Especialista en email marketing. Amante del vestuario y el styling masculino. Puedes seguirme en @xkevincortes

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