Los aires polinésicos emanan suaves imágenes de mujeres de tez morena y suaves cabellos negros. Cuando pensamos en la polinesia, nos imaginamos de inmediato un conjunto de islas de diversas tonalidades provenientes del azul o el calipso, las cuales son rodeadas por arena blanca.
Hace un par de semanas realice un viaje a Isla de Pascua, y durante mi estadía pude constatar en este paraíso polinésico, algo más que los increíbles moais. Llamo mucho mi atención la belleza de estas mujeres de firmes rasgos, brilloso cabello y una piel que brillaba incluso fuera del sol. Cuando pensé que todo aquello era logrado tan solo por lo genético, llegó a mí el gran secreto de las mujeres polinésicas, y este es el Monoi.
El Monoi, es una ancestral preparación que consiste en la maceración del aceite de copra (nuez de coco) y de flores tiare (gardenias de Tahití). Ambos ingredientes son parte de la cultura local y son encontrados en cualquier playa o jardín de la polinesia. Si bien es cierto que el Monoi es originario de Tahití, los habitantes de Rapa Nui ven en esta isla similitudes respecto a su cultura y su idioma, sintiéndose más cercanos que con el propio continente que los alberga como nación.
El uso de este producto es utilizado a diario por las mujeres de la isla, y es justamente su uso lo que les permite conservar el color de su piel y el brillo de su cabello, siendo este uno de los secretos de belleza más transmitidos a lo largo del tiempo.
De esta manera, podemos decir que el Monoi es un infaltable para las mujeres de la polinesia, quienes ven en este producto una manera de conservar tanto su piel como su larga cabellera del sol. El Monoi, representa de alguna forma la esencia de las mujeres de estos paradisiacos lugares, las cuales ven en la naturaleza que las rodea, los complementos necesarios que coronan su singular belleza.