Rihanna es una de esas artistas que tienen varios antes y después. Con un gusto particular por cambiar de estilo y probar cosas nuevas, la nueva de esta reina del Pop está hace tiempo en su mejor momento. Sus canciones llegan al número uno, sus videos tienen millones de reproducciones a nivel mundial, ha sacado discos uno tras otro durante 7 años y el mundo la tiene en la mira. Desde sus 15 años, cuando comenzó su carrera, Rihanna se ha encargado de encontrar su estilo, pasando por todo lo imaginable y demostrando su fanatismo por la experimentación, sobre todo en lo que a su cabello se refiere. Revisemos la evolución del estilo de la más camaleónica de las artistas Pop de estos días.
La primera imagen que tenemos de Rihanna en nuestras cabezas es de una adolescente quinceañera con pantalones anchos, caídos de cintura, poleras deportivas que dejaban su vientre a la vista, cabello castaño, escotes y aros enormes. Un estilo urbano, colorido y deportivo que la desatacaba por sobre los otros artistas de su edad intentando encontrar su lugar en la industria, evolucionando luego a una joven sexy, sin miedo a mostrar sus atributos pero siempre con un toque masculino.
Poco a poco el punk comenzó a introducirse en su closet. El cuero, los estampados animales, los colores vibrantes, las casacas ochenteras, los tacos gruesos y las camisetas empezaron a aparecer. Cada vez ropa más atrevida, más particular y más extravagante.
Pero sin duda su mayor fanatismo está en cambiar su cabello. Puede llegar a cambiarlo cuatro veces en un mismo año, tanto por ganas como por promocionar el videoclip que tenga en el mercado en ese momento.La hemos visto con el cabello castaño, negro, rubio, rojo, burdeo, con mechas y su última incursión en el gris. Así como también largo, corto, liso, ondeado, Bob, melena, casi rapada, con y sin flequillo y un largo etcétera. Así, con su estilo estridente y desmesurado se ha catapultado a la cima, siendo hoy un icono pop tanto en la música como en la moda.
