La historia de la vestimenta del gaucho sudamericano y el trabajo artesanal de la lana merino fueron los puntos de partida para esta colección que recibió un premio Mittelmoda en Italia. El trabajo de sus diseñadoras es limpio y delicado, y representa una revalorización de la historia rural de Uruguay, a través del trabajo a mano de la lana y la confección de prendas como ponchos, ruanas y los bombachos cortos con siluetas rectangulares más conocidos como chiripás.
Mercedes Aracena y Lucía Benítez se conocieron en la universidad. Ambas estaban preparando su último año en la carrera de Diseño Industrial del Centro Diseño de Montevideo, en Uruguay, y tenían que realizar su tesis de graduación para poder obtener la especialización en diseño de textiles y moldes. Con el esfuerzo y dedicación de meses, las futuras diseñadoras crearon la colección, Nintai, donde elaboraron una investigación sobre la forma de moldes y pliegues a través de la técnica del origami. Los años pasaron y cada una se dedicó a trabajar en lo suyo, pero los comentarios y el trabajo realizado en Nintai fue tan bueno, que ambas se motivaron para realizar un nuevo proyecto, uno que buscarían presentar ante la competencia internacional de jóvenes talentos de Mittelmoda en Italia.
El trabajo se realizaba todos los días domingos, de ahí el nombre de la colección, y consistió en realizar la primera prenda de la línea para, luego de recibir la confirmación de que estaban entre los finalistas de la competencia, crear la colección completa con zapatos y accesorios.
Cada prenda tuvo su punto de partida en fibra de lana merino lavada y peinada, trabajada con distintas técnicas de afieltrado, bordado y guasquería. Esta última es la técnica de trenzado con cuero que se utiliza para crear los accesorios del gaucho, o campesino de la época de la Colonia, que aún vive y trabaja en las áreas rurales de países como Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay.
La decisión por el tipo de prendas a confeccionar también estuvo inspirada en la figura de este mítico vaquero-campesino del continente, el cual vestía mantas de abrigo como ruanas, ponchos y pantalones chiripá. “Dominga” hace una reinterpretación de estos tres tipos de prendas, y los mezcla con siluetas femeninas ajustadas a la cintura, superposición de capas y moldería basada en figuras geométricas. Cada ropa mantiene el color natural de la lana y excluye cualquier tipo de proceso industrial.
Esa cualidad fue la que llevó a “Dominga” a recibir el premio a la mejor colección de telas naturales y/o ecológicas, Dinamic Eco-Chic Award, de Mittelmoda, en noviembre de 2013 en Italia.
Imágenes de Facebook, luciabenitez.com.uy y loc.gov