Una mezcla entre Zooey Deschanael y Meg White. Así podríamos definir el look y apariencia de esta estilista de origen canadiense, que partió trabajando en la British Vogue, consiguió fundar su propia revista – Lula Magazine-, y aconseja a las no menos famosas Michelle Williams, Emily Mortimer y Keira Knightley sobre qué usar en la red carpet. Su nombre es Leith Clark y aparece en el Nº 11 de las estilistas más poderosas de Hollywood según The Hollywood Reporter en su edición de marzo.
Lejos de la imagen recargada y ultra glam de Rachel Zoe, o de la fama creciente de Petra Flannery como la estilista que toda joven aspirante debe tener hoy, Clark se diferencia de sus compañeras de trabajo por mantener un mundo de creatividad propia gracias a Lula, una de las revistas más esperadas cada temporada por sus románticas e inspiradoras editoriales, sin llegar a ser pretenciosas. Además, el propio look de Leith es reflejo de su femenino trabajo: minivestidos retro, zapatos Mary Jane, pelo largo y flequillo. Por algo ella lo define como una cruza entre Marianne Faithfull y los niños de la película Mary Poppins.
Con Lula, Leith ha conseguido que varios nombres potentes del cine, moda y fotografía trabajen gratis como editores invitados. Así aparecieron Karen Elson, Ellen Von Unwerth, Kirsten Dunst e incluso Miranda July. Lo mejor de todo –o lo peor-, es que la misma revista se mantiene como un pequeño proyecto freelance que aparece de vez en cuando a la venta y que cada vez que lo hace se vende antes que llegue a los kioscos. Y sus fiestas de lanzamiento siempre están rodeadas de diseñadores como Karl Lagerfeld y modelos como Gemma Ward, por ejemplo. Pero en su trabajo como estilista, Leith ha cometido algunos errores: el bullado traje con margaritas Valentino que lució Michelle Williams en los últimos Golden Globes, es obra suya; pero cuando la actriz apareció en los Oscars, Clark se redimió enfundándola en un brillante pero discreto Chanel blanco, logrando aparecer entre las mejores vestidas, por lo menos por esa noche.