Inspirada en la arquitectura y en particular en las armaduras, la colección de Francisca Schmidt primavera verano 2012 se diferencia de partida con la colección pasada de invierno, gracias a una alegre paleta de colores que en teoría podría ser demasiado caricaturesca pero que gracias a varios detalles funcionan al servicio de la feminidad.
Muchos vestidos y una falda con short incluido recorrieron la pasarela de Santiago D-Moda como parte de los diseñadores VLC, y la clave principal fue el calipso como unión de varias mezclas y combinaciones que a ratos recordaban los trajes de dibujos animados japoneses de los ’80 como -el vestido que abrió el desfile; parecía perfecto para “Candy”, tanto por su sutileza, corte y mezcla entre el rojo y celeste-, mientras las piezas centrales fueron dos vestidos cortos con un gran trabajo de moldería en espalda y juegos geométricos de colores intensos, fabricados en gabardina. Incluso un look compuesto por pantalón oscuro, top y chaqueta sin mangas de colores brillantes fue resuelto con mucha elegancia, algo que muchas veces se pone en riesgo al complementar tantos focos de atención en cuanto a color.
Y así como en la percha cada vestido y prenda sobresalía por su magistral confección, un problema de ajuste al verlos pasar con las modelos restó puntos a lo que fácilmente podría haber sido una de las colecciones más destacadas del día. El tallaje le jugó una mala pasada a Francisca, ya que sus vestidos estrella se vieron poco ajustados al cuerpo femenino, opacando el juego de color entre el amarillo, calipso y negro y sobre todo los detalles de confección. Más allá de eso, podemos concluir que esta colección une de manera positiva la elegancia de un vestido de cocktail con la diversión de la mezcla bien lograda de colores, lo que apunta a un público muy variado en cuanto a edad y estilo.
Fotos: Paula Labra
