En los años ’80, una de las parejas emblemáticas de la extravagancia de alta sociedad era la conformada por Johannes von Thurn und Taxis, y su esposa Gloria. Como todo Príncipe, pero además empresario importante –su familia fue el inventor del servicio postal en Europa en el siglo XIV-, el líder de la dinastía von Thurn und Taxis no escatimaba en gastos a la hora de dar fiestas, o sentar precedentes junto a su siempre original esposa, quien llevaba desde peinados punk hasta grandes vestidos para cada fiesta. Cuando Johannes cumplió 60 años, la Princesa le dio una fiesta donde el tema principal fue la época dorada de Versailles, con Gloria apareciendo disfrazada de María Antonieta mientras descendía de una nube con la ópera “Don Giovanni” de fondo, complaciendo a asistentes como Mick Jagger o la familia Getty. Y entre medio de la parafernalia, se asomaba la pequeña Elisabeth, quien tiempo después se convirtió en la primera mujer de sangre azul en mantener un blog, denominado “The Princess Diaries”.
Elisabeth creció alejada del lujo que alguna vez mantuvo a la familia en castillos con invitados famosos, pues en 1990 la muerte de Johannes dejó a Gloria llena de deudas. Pera Elisabeth y sus hermanos, Albert y Maria Theresia, el hecho no impidió que fueran criados en las mejores universidades y pudieran viajar por todo el mundo. Poco a poco la fama llegó a su vida, sobre todo luego de comenzar su blog a través de la página web www.finchsquarterly.com. Aunque cerró su publicación el año 2010, Elisabeth escribe para diferentes diarios europeos de manera freelance.
El llamado de la moda surgió el 2011, cuando Vogue le pidió comenzar como Editora de la revista. Aunque solo lleva un año en la publicación, ha destacado por su buen gusto y estilo, basado en diseños de Prabal Gurung, Proenza Schouler e iconos como Edie Sedgwick, Debbie Harry y Chloe Sevigny. Este mes de febrero, Elisabeth comenzó a mostrar sus elecciones diarias para vestir, y ya empieza a deslumbrar poco a poco como una nueva inspiración a seguir. Ya el 2010 apareció en la portada de Self Service magazine, fotografiada por Juergen Teller.
